El soldado árabe-israelí de más alto rango

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Hay solamente un país en el Medio Oriente que podría producir un soldado como yo.

Durante las últimas semanas, estudiantes a lo largo de todo el Reino Unido han estado involucrados en la ‘Semana del apartheid israelí’. Algunos lo han apoyado. Otros se han opuesto. Invitado por la Federación Sionista del Reino Unido, la semana pasada pude asistir a diferentes campus universitarios por todo el país para abordar y refutar específicamente algunas de las declaraciones en contra de Israel.

Estas se organizan aproximadamente en tres categorías. Primero, que Israel es un país inherentemente racista y por lo tanto inaceptable, comparable con el apartheid en Sudáfrica. Segundo, que su ejército defiende este estatus racista con actos de violencia ilegal e inmoral. Y tercero, que la única solución a este problema es a través de las tácticas de aislamiento (boicots).

Como muchos que conocí durante mi visita, yo estoy en contra de estas visiones. Pero quizás más que la mayoría de las personas en cualquiera de los dos lados del debate, estoy en mejor posición para discutir en contra de ellos. Porque soy el soldado árabe-israelí musulmán de mayor rango en las FDI.

¿Es Israel un estado inherentemente racista que practica el apartheid? Bueno, ¿crees que un país como ese toleraría que una persona como yo desempeñara el rol que juego hoy en día? Olvídate por un segundo (¡a los partidarios del BDS les gustaría que te olvidaras permanentemente!) que el 20% de los israelíes no son judíos, tienen derechos completos y son representados a lo largo de la sociedad. Tenemos políticos árabes, votantes cristianos y doctores musulmanes, y no unos cuantos, sino que tenemos un buen número de ellos.

¿Pero un mayor del ejército no judío? Alguien quien no solamente ha luchado junto a soldados israelíes, ¿sino que ahora también los entrena? ¿Un estado verdaderamente racista me permitiría jugar un rol tan integral en la defensa de nuestra nación?

Y ya que estamos en el tema de la defensa, déjenme derribar la acusación dos: “que el ejército israelí es un ejército particularmente inmoral”. Yo no soy particularmente religioso, pero como dice el Santo Corán, “si cualquiera asesina a una persona, es como si hubiese matado a toda la humanidad; y si cualquiera salva una vida, es como si hubiese salvado la vida de toda la humanidad”.

Yo no sirvo en el ejército para matar personas, yo sirvo en él para salvar personas.

Yo no sirvo en el ejército para matar personas, yo sirvo en él para salvar personas. Cuando Hamás lanza misiles, o Fatah alienta los acuchillamientos, nosotros estamos aquí para proteger las vidas de todos los ciudadanos israelíes, judíos y no judíos.

Y así llegamos al último punto, que la mejor forma de resolver la violencia y el conflicto es a través de las tácticas abogadas por el movimiento de boicot, es decir, a través de aislamiento e intimidación. Para mí, este es el tema más importante y el que más me hace mover mi cabeza con enojo y tristeza.

Como dije, yo visité el Reino Unido para combatir la ‘Semana del apartheid israelí’, para desafiar las mentiras y las falsedades que se dicen del país al cual yo orgullosamente llamo hogar. Pero lo que más me duele no es lo poco creíbles que son. Lo opuesto en realidad. Son todas demasiado creíbles y yo debiera saber, porque una vez las creí también.

Yo fui criado para creer las peores cosas sobre los judíos y si no hubiera eventualmente conocido y trabajado con ellos, quizás todavía creería esas cosas hoy en día.

La realidad es que el pueblo en donde yo crecí no reconoce el derecho de Israel de existir como estado judío. Mientras que el árabe es un idioma oficial, yo no aprendí hebreo hasta que tuve 17 años. Fui criado para creer las peores cosas sobre los judíos y si no hubiera eventualmente conocido y trabajado con ellos, quizás todavía creería esas cosas hoy en día.

En mi rol como soldado, he conocido todo tipo de personas tanto en Israel como en los territorios palestinos. Judíos, árabes, religiosos, seculares, de izquierda, de derecha. He conocido israelíes que tuvieron prejuicios hacia mí. Pero también he conocido palestinos que aprecian el trabajo que yo hago para mantener cierta paz y estabilidad en el lugar más inestable del mundo.

Olviden los eslóganes y los gritos. Paz, la paz verdadera, solamente llegará cuando las personas hablen los unos con los otros. No necesariamente estén de acuerdo, sino que solamente estén dispuestos a escuchar. Pero la ironía de la ‘Semana del apartheid israelí’ es que quiere que los individuos se enfoquen en las diferencias, no es las similitudes. En vez de construir puentes entre las comunidades, quiere construir muros.

Durante mi estadía en el Reino Unido hablé junto con un compañero del ejército, un médico que ha tratado tanto soldados israelíes como terroristas palestinos sin distinción. Éramos el musulmán que protege vidas judías y el judío que salva vidas musulmanas. Hay solamente un país en el Medio Oriente que podría producir una pareja como esa, y seguro que no es un estado de apartheid.

Este articulo apareció originalmente es www.jewishnews.co.uk

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