Nadie nace odiando, el odio se inculca

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¿Puede ser que la mayoría de un pueblo idolatre la muerte?

Siempre lo pensé. Lo he dicho en incontables oportunidades en conferencias y entrevistas, y lo he escrito repetidamente: creo que la mayor parte del pueblo palestino quiere para sus hijos lo mismo que yo para los míos. Que sean felices, que crezcan en paz, que tengan buen trabajo, se casen y formen familias plenas de amor y valores. Lo pienso no sólo por aquellos palestinos a los que conozco personalmente, sino porque no es normal concebir siquiera lo contrario.

Pero debo reconocer que hay momentos en los que, aunque me duele, dudo. Dudo si realmente la mayoría quiere sólo eso, o quiere también la muerte de los míos.

El tema, claro está, no es el análisis numérico… si hablamos del 30, 50 ó 70%. Es irrelevante. El tema es que el espíritu que domina la calle es el de la glorificación de la violencia , el odio, la presentación de los atentados como "acciones heroicas". No sólo este domingo en el que uno de los muertos en el atentado de la mañana

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