El Tabernáculo

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¿Por qué cuatro parashiot enteras están dedicadas exclusivamente a este tema?

Lectura requerida: Éxodo, capítulos 25:1 – 30:10.

Introducción

La segunda mitad del libro de Éxodo describe con gran detalle la construcción del Tabernáculo (el Mishkán), el santuario portátil que acompañó al pueblo judío durante los 40 años de vagar en el desierto. Este consistía de:

  • Una cámara interna, el Santo Sanctórum. Ésta contenía el Arca Sagrada, en cuyo interior estaban las Tablas de la Ley y un rollo de Torá (1).

  • Una cámara externa que albergaba:

    1. La Menorá, el candelabro de siete brazos.

    2. La Mesa, una mesa de oro con el pan (12 panes rituales).

    3. El Altar Interior (incienso).

  • Un patio exterior con un altar para ofrendas y el Kior (lavabo).

Este ensayo explorará dos factores clave:

  1. La idea del Tabernáculo como un lugar sagrado para Dios y las circunstancias que rodean su construcción.

  2. Cada uno de los utensilios fue construido con muchos detalles, los cuales se corresponden a la idea que representa cada utensilio. A modo de ejemplo, para entender cómo funciona esto, analizaremos el Arca Sagrada.

[La idea de las ofrendas animales será analizada en el próximo ensayo].

El Tabernáculo

Para poder entender completamente el significado del Tabernáculo, primero debemos examinar las porciones de la Torá que describen su construcción. En la segunda mitad del libro de Éxodo encontramos la siguiente estructura:

  • Parashat Itró (Éxodo 18-20) describe la entrega de los Diez Mandamientos.

  • Parashat Mishpatim (Éxodo 21-24) comienza con una recolección de leyes y festividades y concluye hablando sobre el ascenso de Moshé al Sinaí por 40 días.

En ese momento nos desviamos:

  • Parashat Trumá (25:1-27:19) y Parashat Tetzavé (27:20-30:10) hablan con gran detalle del mandamiento de construir el Tabernáculo y las prendas sacerdotales (2)

  • Parashat Ki Tisá (30:11-34:35) comienza con más detalles del Tabernáculo y la designación de Betzalel como el jefe de la construcción. Luego, de repente, volvemos a la historia de los Diez Mandamientos seguida por el pecado del Becerro de Oro, el arrepentimiento y la entrega de las segundas Tablas.

Ahí volvemos a:

  • Parashat Vaiakel (35:1-38:20) y Parashat Pekudé (38:21-40:38), que relatan la construcción del Tabernáculo

Esto hace surgir muchas preguntas:

  • ¿Por qué el Tabernáculo está incluido en el libro de Éxodo? ¿No debería estar en el libro de Levítico, el cual está dedicado al servicio de las ofrendas?

  • ¿Qué podemos aprender sobre la importancia de todos estos detalles del Tabernáculo? El hecho de que cuatro parashiot de la Torá estén dedicadas exclusivamente a este tema pareciera demasiado en relación a lo breve que es la Torá. Por ejemplo, la Torá habla tanto de este tema como de los 210 años de esclavitud en Egipto. ¿Por qué?

  • ¿Por qué el pecado del Becerro de Oro está ubicado en medio de la sección del Tabernáculo?

Función de conectar

Najmánides (3) describe la secuencia del libro de Éxodo de la siguiente manera: los Patriarcas crearon en su hogar y familia un lugar de conexión y servicio a Dios. El Midrash describe sus moradas como un lugar en el cual había una manifestación de la presencia Divina (4). Cuando los judíos fueron exiliados a Egipto, esta conexión se perdió. La redención y la entrega de la Torá fueron diseñadas para devolvernos a este nivel de conexión personal con Dios.

Por lo tanto, la culminación del Éxodo es sólo salir de Egipto, sino que ocurre cuando Dios vuelve a morar con su pueblo en un hogar: el Tabernáculo. Así, la construcción del Tabernáculo es ubicada como un epílogo del Éxodo en lugar de en el comienzo de Levítico.

Sin embargo, si esta explicación es correcta, entonces, ¿por qué este Tabernáculo es un edificio público? ¿No debería estar ubicado en el interior de cada hogar judío?

Imagina que tu jefe te asigna una tarea. Hay dos formas diametralmente opuestas en que podría hacerlo. La primera forma es que te dé el objetivo y luego te dé la libertad para lograrlo de la forma que tú quieras. Esta forma le da a la persona una tremenda capacidad de elección. Muestra que el jefe confía en él y que lo considera alguien responsable. Por otro lado, requiere de un gran pensamiento independiente y de una gran motivación para lograr el objetivo.

La otra forma es que le de una tarea sumamente detallada, con metas claramente definidas y objetivos parciales que lo guíen hacia la meta final. Esto limita la independencia de la persona, pero le facilita la tarea y el resultado está más asegurado.

Esos son los dos enfoques en el servicio divino. Antes del pecado del Becerro de oro, el pueblo estaba en un nivel espiritual altísimo. Habían dicho naasé venishmá, aceptaremos voluntariamente esta conexión con Dios. En ese caso, no hay necesidad de una detallada lista de pasos sobre cómo lograr el objetivo. Sin embargo, después del Becerro de oro, esa relación se perdió. Para lograr ese grado de cercanía a lo Divino se hizo necesario un manual que detallase cada paso a seguir.

Esto se puede comparar con la relación de un matrimonio. Cuando todo está bien y el amor y romance originales nunca fueron impactados, entonces la pareja puede alcanzar por sí misma una conexión profunda. Pero si algo deteriora la relación, entonces comienza a ser necesaria una tercera persona que provea una guía sobre cómo recrear el lazo. Dependiendo del daño que se haya hecho será la cantidad de guía que será necesaria.

Por esta razón se repite la construcción del Tabernáculo. Hubo dos versiones del Tabernáculo. Como dijimos antes, los tabernáculos originales eran los hogares de los patriarcas y las matriarcas. El judaísmo no se trata de templos, sino de personas y familias. La santidad y la conexión con Dios pueden ser fácilmente encontradas alrededor de una mesa de Shabat, con una familia disfrutando la conexión entre los miembros y su conexión conjunta con Dios.

El versículo original que nos comanda construir un templo es: “Y harán para Mí un Templo y Yo moraré en ellos” (5). El Tabernáculo debía ser construido en nuestro interior.

Originalmente, esos mandamientos eran para dirigir a cada persona a construir su propio hogar como un lugar santificado. La mesa de cada persona debía ser un altar, sus luces un candelabro y su dormitorio el Santo Sanctórum (6).

Sin embargo, el pueblo judío construyó un Becerro de Oro para que fuera un intermediario entre ellos y Dios (7). Como resultado perdieron esa conexión directa, por lo que desde entonces necesitaban un Tabernáculo exterior para crear la conexión. Por lo tanto, las instrucciones fueron escritas en la Torá una vez antes del pecado, durante la conexión con Dios previa al pecado, y fueron repetidas después, ya que el nivel de conexión era diferente.

Esto explica por qué las instrucciones son tan detalladas: una vez que perdimos esta conexión, necesitamos la guía matrimonial para saber cómo recrear nuestra conexión con Dios. No alcanzaba con que nos digan “haz tu hogar sagrado”, sino que necesitábamos instrucciones exactas para conectarnos con Dios.

Los utensilios

Como mencionamos antes, en el Tabernáculo (y posteriormente en el Templo de Jerusalem) había varios utensilios, como el Arón (Arca), el Shulján (Mesa del pan ritual) y posteriormente la Menorá. Cada uno de ellos tiene un significado muy profundo; a modo de ejemplo examinaremos la pieza central del Tabernáculo: el Arca Sagrada.

La construcción del Arca está descrita en los siguientes versículos (8):

Harán un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, un codo de ancho y un codo y medio de altura.

La cubrirás con una capa de oro puro por dentro y por fuera y harás en ella una diadema de oro en derredor.

Harás dos querubines de oro, con el martillo los harás, desde los dos extremos de la cubierta.

El Arca contenía las Tablas y un rollo de Torá. Como tal, representa a los sabios, que son el contenedor de la Torá. Todos los aspectos que son detallados del Arca nos enseñan sobre cómo debe ser el interior de un sabio de Torá.

Fíjate que todas las dimensiones del Arca son de medio codo. Esto es diferente a todos los otros utensilios, en los que al menos una de las dimensiones es un número entero. Medio codo simboliza la idea de que no somos perfectos ni completos (9). La Torá debe ser estudiada por personas que están conscientes de que sin importar cuánto conocimiento tengan de Dios, es sólo una fracción de la totalidad y siempre hay más para estudiar. Sin esta humildad no puede haber estudio de Torá.

Este Arca era una caja rectangular hecha de madera, revestida de oro puro por dentro y por fuera (10).

La necesidad de recubrir el exterior del Arca con oro es entendible: la pieza principal del Mishkán debería ser grandiosa y majestuosa. Pero, ¿para qué recubrirla con oro también por dentro?

El Talmud (11) explica: la apariencia exterior de una persona debe ser un reflejo fiel de su interior. En otras palabras, no seas hipócrita.

[La palabra hebrea para rostro, panim, es casi idéntica a la palabra hebrea para interior, pnim. Esto enseña que el rostro que presentamos debe reflejar nuestro interior].

Ahora bien, si el Arca está recubierta con tanto por dentro como por fuera, ¿entonces por qué el armazón debe ser de madera? ¿No sería más simple que el Arca fuera de una pieza de oro sólido? Y además, ¿acaso no basta con una capa externa para embellecerla? ¿Por qué hay oro en el interior?

Toda persona está compuesta por tres niveles. El nivel más interno es el deseo, sus necesidades y anhelos básicos. Estos anhelos y necesidades pueden ser por cosas mundanas, como comida y refugio, o por cosas sublimes, como amor. Sin embargo, también deberían ir más allá de nuestros deseos egoístas e incluir una aspiración profunda por espiritualidad. Esto está representado por la capa de oro del interior.

La capa exterior representa las acciones de la persona. Se espera que una persona actúe de manera correcta y noble en toda ocasión y circunstancia.

La capa del medio representa la introspección que atraviesa una persona mientras convierte sus deseos en acciones. Si esta capa fuera también de oro, entonces creeríamos que la Torá nos exige una tarea imposible. Creeríamos que se espera de nosotros que seamos seres angelicales que no tengan ningún conflicto ni angustia humanos. Por lo tanto, la capa del medio no está hecha del perfecto oro, sino de la simple madera.

Este aspecto es representado específicamente por la madera. El oro es estático y mineral. La madera es algo que crece y se desarrolla. Así, aspiramos al oro, pero nos damos cuenta de que debemos luchar y crecer para superarnos (12).

La cubierta del Arca está hecha de una única pieza de oro. Los artesanos esculpieron en ella dos querubines con el objetivo de que fueran parte integral de la misma. Tenían forma de un hombre y una mujer frente a frente. El Talmud (13) nos dice que durante las festividades, los kohanim abrían la entrada al Arca y le mostraban a la nación los querubines entrelazados, como símbolo del amor entre Dios e Israel.

Rabeinu Bejaie (14) señala que los querubines podrían haber recibido la forma de un padre y un hijo en lugar de una pareja. Sin embargo, Dios eligió esta metáfora en particular para enfatizar el lazo único entre nosotros y Él. Al igual que entre un marido y su mujer no hay ningún intermediario, nuestra conexión con Dios es directa. No hace falta un mensajero para dirigirnos a Dios; Él quiere que cada uno de nosotros interactúe con Él de manera personal.

Esta es también la razón por la que los querubines son esculpidos a partir de un gran bloque de oro, en lugar de ser hechos por separado y luego fijados sobre la cubierta. Es para enfatizar nuestro lazo inherente, que estamos esculpidos a partir de una misma base común.

El Tabernáculo en la actualidad.

Una última idea: ¿Cómo nos relacionamos hoy en día con la idea del Tabernáculo, siendo que el Templo Sagrado de Jerusalem fue destruido por los romanos hace unos 2.000 años?

Citamos previamente el versículo: Y harán un templo para Mí y yo residiré en ellos (15). En la actualidad, el Tabernáculo está dentro de cada hogar judío, que es considerado un “Templo en miniatura”. Nuestra mesa es el altar (16) y los alimentos son las ofrendas. Cuando santificamos nuestros actos mundanos de comer y vivir recitando bendiciones por los alimentos y hablando de Torá en las comidas, nos elevamos a nosotros mismos y a nuestro hogar, alcanzando en algún nivel el propósito del Tabernáculo original.

Cuando una familia vive en armonía, eso en sí mismo crea espiritualidad. Donde los esposos y esposas, los padres e hijos, luchan por el bien de todos los miembros de la familia, eso crea un Templo del hogar. Incluso el dormitorio se convierte en un Santo Sanctórum, en donde emulamos a los querubines en su relación íntima.

Notas:

  1. Talmud – Baba Batra 14.

  2. Las instrucciones para la construcción del Tabernáculo fueron dadas después del retorno de Moshé, en el día posterior a Iom Kipur (Rashi – Éxodo 35:1; Musaf Rashi – Éxodo 25:2).

  3. Introducción al Libro de Éxodo.

  4. Midrash Tanjumá (Vaietzé 10).

  5. Éxodo 25:8.

  6. Esta idea de dos tipos de Mishkán está basada en: Sforno (Éxodo 18:18, 25:8, 25:23, and cap. 26); Sfat Emet (Vaiakel 56646); Najshoni (Éxodo 25:8); Iturei Torá por Rav A.Y. Greenberg, citando al Admor de Amshenov.

  7. Ver el ensayo #13 sobre el Becerro de Oro.

  8. Éxodo 25:10, 11, 19.

  9. Maharal (Netivot Olam, Netiv HaTorá 9).

  10. Éxodo 25:11.

  11. Iomá 72b.

  12. Estas ideas están basadas en Alshij (Éxodo 25:10); Takanat HaShavin (4-7) y Pri LeTzadik por Rav Tzadok HaCohén (Trumá 8).

  13. Iomá 54a.

  14. Comentarista y cabalista del siglo XIII.

  15. Éxodo 25:8.

  16. Talmud – Brajot 55a.


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