Peleas Positivas

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¿Por qué está todo tan tranquilo entre ellos?

Queridas Rosie & Sherry:

Mi experiencia es que todo buen matrimonio tiene su dosis de desacuerdos. De niña vi la experiencia de mis padres – sin peleas duras, pero con diferencias de opinión que a veces eran expresadas con firmeza. Y vi lo mismo en la mayoría de los matrimonios de mis amigos.

Llevo un año saliendo con un hombre, y nos llevamos muy bien. Compartimos intereses y valores, y parecemos funcionar bien juntos. Pero no puedo quitar de mi cabeza algo que decía mi abuela: “Las peleas fortalecen la relación”.

Cuando lo pienso, durante el último año este hombre y yo no hemos discutido ni una sola vez - ¡Ni siquiera un desacuerdo! Hablamos las cosas, y los dos estamos dispuestos a hacer concesiones, por lo que nunca necesitamos pelear.

¿Tenemos un problema?

- Sara

Querida Sara:

Estamos contentas de que hayas planteado esta pregunta. Tienes razón en que toda relación sana tiene su dosis de desacuerdos. No importa lo bien que se lleven dos personas, siempre tendrán diferencias de opinión, de puntos de vista y de cómo hacer las cosas. Si ambas personas son fáciles de contentar y son muy tranquilas, pasarán por alto muchas de esas diferencias - pero siempre habrá diferencias y conflictos ocasionales. Fuera de una película de ciencia ficción, es simplemente anormal que dos personas estén de acuerdo en todo.

Puede haber muchas razones por las qué tú y el hombre con el que sales no hayan tenido ninguna discusión, pelea ni desacuerdo, y por las que creen que siempre pueden hablar las cosas o hacer concesiones.

1) Puede ser que uno de los dos o ambos sean de eludir los conflictos. Esta clase de persona generalmente se abstiene de expresar sus sentimientos y opiniones verdaderas, o barre debajo de la alfombra los temas que necesitan ser discutidos. Puede que lo haga por miedo a tener una discusión, de hacer enojar a la otra persona, de ser juzgado desfavorablemente, o generar algo que causará el fin de la relación.

Suprimir nuestros sentimientos puede convertirse en una fuente de resentimiento.

Hay una diferencia entre las estrategias de evitar constantemente el conflicto y de “elige tus batallas”. La segunda es una estrategia sana – pasar por alto los pormenores y sólo mencionar las diferencias más importantes. Pero cuando alguien evita constantemente expresar el desacuerdo o traer a discusión un tema que realmente le molesta, está suprimiendo sus sentimientos verdaderos, lo que puede llegar a convertirse en una fuente de resentimiento. Desafortunadamente, a menudo ocurre que esa persona explota por la ira en lo que parecería ser un enojo menor, pero que fue la gota que rebalsó el vaso.

2) A veces, una pareja no tiene discusiones porque uno de los dos cede ante el otro constantemente. Puede parecer que pueden negociar y arreglar las cosas, pero la verdad es que uno de ellos está cediendo tan a menudo que la relación no es balanceada. Puede que la persona que cede lo esté haciendo por las razones que mencionamos antes, o porque considera que el razonamiento y la lógica de la otra persona son mejores que los propios.

Los compañeros en una relación saludable también ceden de vez en cuando, como cuando uno decide que la posición del otro es más fuerte que la propia, o porque el tema es más importante para uno que para el otro. Pero todo esto tiene que ser balanceado. El balance se pierde cuando los sentimientos, opiniones o valores son a menudo considerados insignificantes o de menor validez que los del otro, o cuando uno de los dos domina la relación porque tiene que salirse con la suya.

3) Algunas parejas, en la etapa de citas, no pelean porque aún no han discutido ningún tema real. Pueden estar evadiendo, consciente o inconscientemente, las áreas en donde presienten que difieren. Por otro lado, puede que estén enfocados en pasarla bien y que hayan mantenido la relación en un nivel muy superficial. Hemos conocido muchas parejas que hablaron sobre los temas serios sólo después del compromiso, o de la boda, y se sorprendieron al descubrir que no estaban tan en sintonía como pensaban. Pueden darse cuenta entonces que no saben resolver sus diferencias productivamente, o que están tan alejados en temas fundamentales que la relación misma corre peligro.

Habilidades para Relacionarse

En una relación sana, los desacuerdos son inevitables, y es importante que tanto tú como el hombre con quien sales analicen bien la dinámica de la relación. Primero, pregúntense si alguno de los patrones que mencionamos anteriormente puede describir lo que está ocurriendo. Además, piensen si alguno de ellos describe cómo manejan los desacuerdos y los conflictos con otras personas en sus vidas – compañeros de cuarto, de trabajo, amigos, vecinos, familiares, etc. Si uno de ustedes evita frecuentemente expresar los sentimientos o los pensamientos verdaderos, o cede casi siempre, o deshecha las emociones u opiniones del otro por considerarlas inválidas o irrelevantes, recomendaríamos ir a un terapeuta para trabajar la autoestima.

Quizás vienen de un hogar en donde los padres discutían a menudo.

También sugerimos que cada uno observe cómo son manejados los conflictos en sus respectivas familias. Por el lado positivo, puede que hayan desarrollado un estilo relajado y de concesiones mutuas a partir de sus propios padres. Por el otro lado, puede que hayan adoptado la tendencia familiar de evitar confrontar los temas difíciles o de dejar que las opiniones de la otra persona dominen. Quizás sus padres tienden a ignorar los temas importantes porque tienen una relación superficial. También es posible que alguno de ustedes venga de un hogar en donde los padres discutían muy a menudo, y ahora evitan la confrontación por miedo a caer en esa dinámica.

En una relación sana, ambos pueden expresar sus pensamientos, sentimientos y opiniones. Y si hay un desacuerdo, tienen una forma eficiente para declarar sus opiniones y llegar a una resolución. A veces, negocian y alcanzan una posición que les parece razonable a ambos. A veces uno de los dos “gana” el round, y otras veces uno se retira de la discusión o cede. En ocasiones encuentran que lo mejor es “estar de acuerdo en que no están de acuerdo” y encontrar una manera de coexistir con la diferencia. Y a veces, llegan a un acuerdo que no satisface a ninguno de los dos, pero reconocen que es lo mejor para la situación.

Estas son habilidades que algunas personas traen a la relación de manera natural, porque las han aprendido en sus casas o en situaciones de la vida. Otros pueden desarrollar estas habilidades inscribiéndose en talleres para parejas o trabajando con un terapeuta de parejas. Si te preocupa que el hombre con el que estás saliendo necesite guía en esta área, esperamos que aproveches las muchas opciones que pueden ayudar.

Si ambos están analizando la idea de casarse, es de especial importancia discutir los temas que no han hablado antes, y que sean sinceros y abiertos con sus puntos de vista. Los temas pueden ser objetivos de vida, observancia religiosa, actitudes sobre el dinero, cómo ven el tema del matrimonio y el tema de ser padres, etc. No tengan miedo de sus diferencias – necesitan conocerlas, y desarrollar juntos las herramientas para lidiar con ellas. Esta actitud les servirá para toda la vida.

Les deseamos éxito al navegar el laberinto de las citas.

Rosie & Sherry.

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