Kabalat Shabat en el Shul – Guía paso a paso

4 min de lectura

Un poderoso rezo comunitario puede ponerte en sintonía.

Cuando te estás preparando para Shabat, los viernes pueden ser un tanto… ¡ajetreados! Todo tiene que estar listo para encender las velas a tiempo. Para muchos, ir a la sinagoga el viernes por la noche marca el comienzo de Shabat. Dejas un plano e ingresas a otro. Ver a tus amigos y a tus vecinos, y desearles un “Shabat Shalom”, te re-conecta con la comunidad y con ser judío.

¿Qué hacer?

  1. Incluso quienes no rezan formalmente durante la semana, a menudo acuden a los rezos en Shabat. El rezo de viernes por la noche contiene tres secciones:

- Minjá (el rezo de la tarde)
- Kabalat Shabat (literalmente, “la Recepción del Shabat”)
- Maariv (el rezo de la noche)

  1. La parte principal de Minjá es la Shmoná Esré (la Amidá silenciosa), que significa literalmente “18”, porque originalmente contenía 18 bendiciones. El rezo de Minjá dura unos 15 minutos.
  1. Kabalat Shabat es un conjunto de alabanzas, elegidas especialmente para crear la atmósfera apropiada y así dar la bienvenida al Shabat. Hace siglos, en el norte de Israel, los místicos judíos acostumbraban salir al campo durante el atardecer, y cantaban la canción “Lejá Dodí” para recibir al Shabat. Esta sección también dura aproximadamente unos 15 minutos.
  1. El rezo de Maariv es especial para Shabat, e incluye el Shemá y la Amidá silenciosa. El Shemá es la oración judía más importante, que comienza con nuestro credo:

Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad, [Escucha, Oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno].

El Shemá se dice en nuestros rezos cada mañana y noche, e incluso a los niños pequeños se les enseña a recitarlo antes de ir a dormir.

Si uno no puede hacerlo en la sinagoga, la mayoría de las partes del rezo pueden ser dichas en casa. El Sidur ArtScroll ha presentado con gran detalle el procedimiento y la explicación del rezo y puede ser seguido fácilmente, con o sin una congregación.

Recuerda: Se puede rezar en cualquier idioma, elige el que te haga sentir más cómodo. Sin embargo, haz el esfuerzo y repasa el hebreo, ya que las canciones y los rezos comunitarios pueden ser aún más inspiradores cuando son entonados en conjunto.

¿Qué es rezar?

El rezo. ¿Cómo te relacionas con el rezo? ¿Es algo que sólo los niños hacen antes de ir a dormir? ¿Rezar está reservado para la sinagoga? ¿Por qué rezamos? ¿Deberíamos rezar? ¿Por qué el rezo es considerado uno de los pilares fundamentales del judaísmo?

Muchas preguntas. Vayamos a la Fuente para obtener algunas respuestas.

En Génesis 32, encontramos a Yaakov, uno de los patriarcas del pueblo judío, recibiendo la noticia de que, Esav, su malvado y vengativo hermano, quien ya había amenazado con matarlo, estaba planeando venir con 400 hombres.

Rashi, el erudito de Torá del siglo 11, y también el comentarista principal de la misma, señala que al recibir las noticias, Yaakov tenía tres opciones: apaciguar a Esav con regalos; pelear contra él con una porción de sus hombres; o rezar.

Yaakov eligió utilizar las tres opciones, pero el orden en el que las implementó es significativo. Piensa, ¿cuándo es el mejor momento para rezar? ¿Al principio? ¿O al final, como último recurso?

    “Yaakov estaba muy asustado y angustiado. Dividió a las personas que los acompañaban en dos campamentos” (Génesis 32:8).

    “Sálvame, te ruego, de la mano de mi hermano” (Génesis 32:12).

    “Seleccionó una porción para su hermano Esav de lo que tenía con él” (Génesis 32:14).

Rashi apunta que, claramente, Yaakov eligió primero prepararse dividiendo su gente para la batalla, luego rezar, y finalmente enviar regalos.

Parece sorprendente que Yaakov, nieto de Abraham y uno de los padres del pueblo judío, quien entendía cabalmente el poder del rezo, no haya acudido inmediatamente a Dios por ayuda.

Y en esto encontramos una importante idea sobre la plegaria. Dios nos responde en base a nuestras acciones. Creer en el poder del rezo es también creer en nuestra obligación de esforzarnos al máximo. Las plegarias son significativas y efectivas cuando son precedidas por un intento serio, y en este caso, por una acción concreta.

Rezar es también la confirmación de la visión judía de que tenemos una relación personal con Dios. Relacionarse con Él debe ser una parte diaria de nuestra vida, no debería estar reservado sólo para ocasiones especiales o para situaciones de apremio.

Háblale a Dios. Puede ser en español, hebreo, inglés, chino… o en cualquier lenguaje que te sientas cómodo. Dios entiende cada palabra y quiere oír tus plegarias.

Porque a través de la plegaria, reconocemos a nuestro Creador y nos acercamos a Él. Y estar cerca de Dios es el placer máximo.

Cuando reces, concéntrate en el hecho de que Dios es nuestro Padre, Dador de todo. Pídele cualquier cosa que desees en la vida, lo que sea que necesites. Si esas cosas no están viniendo, pregúntate, “¿Qué me está diciendo Dios? ¿Qué debo aprender de esto?”.

Llena tus rezos con alabanzas y agradece por todo lo que Dios te da, y pídele cosas tanto para tu propia vida como para la de otros.

Pero nunca olvides la lección de Yaakov. Haz un esfuerzo y recuerda que Dios está ahí: protegiéndote, sustentándote y observándote con amor.

Reflexiones

Cuando mi esposa enciende las velas de Shabat yo generalmente estoy saliendo, siempre apurado para llegar al Shul a tiempo. Por eso, no tengo el sentimiento de “Ahá, es Shabat” hasta que llego a nuestra pequeña sinagoga, veo a todo el mundo, y comienzo a cantar el rezo del viernes por la noche. Cuando empiezo “Lejá Dodí” (la canción de bienvenida al Shabat), mi cuerpo comienza a relajarse, y siento que las presiones de la semana se escabullen.

Después del rezo, hay un montón de “Shabat Shalom”, apretones de manos y ponerse al día. A mucha de esa gente sólo la veo en Shabat, por lo que verla el viernes a la noche es como mi propio encendido de velas.

* * *

Volver a casa caminando desde el Shul el viernes a la noche es lo mejor, el tráfico está zumbando por todo tu alrededor, pero tú estás en otro mundo. Es Shabat, y todo el ajetreo que te rodea se ha acabado. No más autos, no más teléfonos, no más trabajo.

* * *

Los viernes por la noche en invierno son mis favoritos, porque sé que después de la helada caminata hasta casa desde el Shul, voy a ser recibido por mis hijos, ataviados para Shabat, y por el cálido aroma a sopa de pollo.

* * *

A menos que llueva a cántaros, siempre trato de ir al rezo del viernes por la noche, porque ver a todos arreglados y listos para Shabat me pone en el ánimo correcto. A veces, especialmente si fue un viernes alocado en el trabajo, me siento muy cansado para caminar esas pocas cuadras. Pero si me doy un empujoncito, nunca me arrepiento de ir. Para cuando vuelvo a casa estoy lleno de energía y listo para más.

Adaptado de “Friday Night and Beyond” por Lori Palatnik (Jason Aronson Pub.).

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