Seguir Adelante

6 min de lectura

Behaalotjá (Números 8-12 )

¿Sabías que hay dos Pesaj (pascuas) cada año?

En realidad, originalmente, no había dos Pesaj. Pero en aquel entonces, cuando el Pueblo Judío viajaba en el desierto después de haber abandonado Egipto, hubo un grupo de personas que, por causas ajenas a su voluntad, no pudieron participar en las ceremonias relativas a la ofrenda de Pesaj que Dios había pedido a todos realizar. Y, a pesar de que había una buena excusa y no estaban obligados a hacerlo por la Ley Judía, no se apoyaron en su excusa, sino que fueron donde Moisés y le dijeron: "¿Por qué tenemos que perder esta oportunidad especial de acercarnos a Dios, así como hicieron todo los demás?".

Moisés le preguntó a Dios que hacer y Dios proclamó la mitzvá especial de Pesaj Sheni (la segunda pascua), a realizarse un mes después de la primera pascua para aquellos que quedaron fuera, para así tener otra oportunidad especial extra.

Estos judíos habían demostrado que no se contentarían con la oportunidad de salir de la obligación, sino que en realidad querían hacer lo que Dios les pedía, y por esto fueron recompensados con una segunda oportunidad.

Podemos aprender de aquí que, cuando queremos hacer algo importante y existe un impedimento, no debemos necesariamente darnos por vencidos. Si persistimos, a menudo tendremos éxito de formas inesperadas.

 

 En nuestra historia, un chico no se deja vencer fácilmente en sus esfuerzos por hacer el bien, y finalmente se alegra de no haberlo hecho.

"Seguir Adelante"

David realmente amaba montar en su bicicleta. A veces sentía como si volara al pasar rápidamente por los campos, los prados, y las acogedoras casas repartidas por toda su ciudad natal.

Hoy, David había salido muy temprano para reunirse con sus amigos del equipo de fútbol. Todos ellos se reunirían en la casa del entrenador, al otro lado de la ciudad.

Los niños habían llegado a apreciar mucho al entrenador quien les había enseñado pacientemente valiosas lecciones acerca del fútbol y acerca de la vida. Y ahora que él se trasladaba fuera de la ciudad, todos quisieron aprovechar la oportunidad de ayudarle a empacar sus pertenencias y estar junto a él por última vez.

Cuando David ya había recorrido alrededor de la mitad del camino, haciendo un tiempo record, tomó una curva muy cerrada en la intersección de un camino y fue sorprendido por una familia de patos que cruzaba la carretera. Reaccionando rápidamente, desvió de forma abrupta su bicicleta hacia el costado de la carretera para evitar golpear a las aves. De repente, se escuchó un sonido procedente de su llanta delantera, seguido de un silbido constante.

David miró hacia abajo y sus peores temores se confirmaron. Había pasado sobre una botella rota y su neumático se desinflaba rápidamente. "¿Y ahora qué?", pensó.

En un principio consideró la posibilidad de volver caminando a casa y olvidarse de todo el asunto. "Después de todo, tengo una buena excusa, nadie puede culparme", se dijo a sí mismo. Pero luego se dio cuenta de que realmente quería demostrar su aprecio ayudando a su entrenador, y que incluso la mejor excusa no era un sustituto para esto.

Así que valientemente decidió continuar hasta su destino, sólo que ahora caminando a paso de tortuga, con la bicicleta desinflada a su lado. Después de mucho tiempo, David finalmente llegó a la casa del entrenador. Él se lamentó al ver a todos sus amigos saltando sobre sus bicicletas preparándose para volver.

Uno de los muchachos levantó la vista y notó que David había llegado. "Hola David, afortunadamente quedaste fuera", bromeó. "Acabamos de terminar. Tu neumático pinchado te salvó de un trabajo muy duro", añadió, limpiando su frente para enfatizar su punto. Los muchachos se rieron pero David no sonrió. Todo lo que podía pensar era cuánto había deseado ayudar a su entrenador y ahora parecía que había perdido su oportunidad.

Los chicos regresaron a sus conversaciones triviales y David pasó caminando entre ellos, arrastrando su bicicleta hasta el camión de mudanza totalmente empacado, donde encontró al entrenador haciendo algunos arreglos de último momento. Cuando el entrenador se dio vuelta vio a David y, al ver la bicicleta rota, se dio cuenta inmediatamente de lo que había ocurrido. "Lo... lo siento entrenador," murmuró David. "Yo realmente quería ayudar. Es sólo que mi bicicleta, usted ve...".

Pero el amable entrenador lo saludó con su enorme mano. "No hay problema David", dijo con una sonrisa. "Puedo ver el pinchazo. Tienes una excusa legítima. Llegar tarde no fue culpa tuya. ¿Por qué no arreglas tu neumático en la estación de servicio al otro lado de la carretera y te unes a tus amigos de vuelta a casa?". El entrenador estaba a punto de voltear cuando David dio un paso adelante.

"Pero entrenador", dijo firmemente. "No he venido aquí a dar una excusa, realmente quiero ayudar. ¿No hay todavía algo que yo pueda hacer para ayudarle? ¿Algo en absoluto?".

El entrenador dirigió su miró hacia el niño. Observó la expresión en su rostro y se dio cuenta de que estaba hablando con su corazón. Se detuvo por un momento y se rascó la barba pensativamente.

"Bueno", dijo, "hay una pequeña cosa. No tenía planeado pedir ayuda con esto, quería hacerlo yo mismo, pero todavía no he empacado mi estante de trofeos. Lo he guardado para el final. A través de los años hemos sido bendecidos con muchos triunfos y recuerdos. ¿Tú crees que puedes quedarte un rato más y ayudarme con eso?".

Una amplia sonrisa apareció en el rostro del chico ante este honor especial. Mientras entraba junto al entrenador en la casa casi vacía, David se sintió realmente alegre de no haber renunciado tan fácilmente a su deseo de ayudar.

 

De 3 a 5 años

P. ¿Cómo se sintió David cuando su neumático se pinchó?
R. Él se entristeció ya que no sería capaz de ayudar al entrenador. Y, a pesar de que había una buena excusa, él de todos modos quería ayudar.

P. ¿Está bien que no hagamos algo que debíamos hacer cuando tenemos una buena excusa?
R. A veces, realmente no podemos evitarlo, pero siempre es mejor seguir intentándolo y no apoyarnos en nuestra excusa.

De 6 a 9 años

P. Cuando la bicicleta de David se estropeó, él fácilmente podría haberse dado por vencido y haber regresado a casa. ¿Por qué crees tú que no lo hizo?
R. El pensamiento de darse por vencido cruzó por su mente. Pero él recordaba que cosa lo había motivado en primer lugar: el valioso gesto de ayudar a su entrenador. Él fue capaz de persistir y no darse por vencido al centrarse en su meta, incluso cuando era difícil de alcanzar.

P. ¿Hubiera sido malo que David volviera a su casa? Después de todo, él tenía un neumático pinchado.
R. No habría sido algo malo. Él realmente tuvo buenas intenciones cuando salió y el pinchazo no fue su culpa. Sin embargo, cuando fue capaz de perseverar a pesar de tener una buena excusa para darse por vencido, él hizo algo grande. No sólo ganó el respeto de su entrenador y recibió una atención especial, sino que él se transformo a sí mismo en una persona más fuerte y exitosa.

10 años y más

P. ¿En tu opinión, si una persona sinceramente intenta hacer algo que vale la pena y es detenido por fuerzas ajenas a su voluntad, sus esfuerzos valen como si hubiera tenido éxito? ¿Por qué sí o por qué no?
R. Todo el esfuerzo que ponemos para hacer algo que vale la pena tiene un enorme valor, incluso cuando las circunstancias que están fuera de nuestro control nos impiden lograr nuestro objetivo. Nosotros somos responsables de hacer nuestro mejor esfuerzo, pero el resultado real está en las manos de Dios. Manteniendo esto en mente, podemos motivarnos para perseverar y no desanimarnos por los contratiempos.

P. ¿Por qué crees tú que el entrenador "recompensó" a David por haber llegado tarde, permitiéndole ayudar en el embalaje de los preciados trofeos?
R. El entrenador percibió algo extraordinario en el muchacho. David insistió en ayudar, incluso después de que se le dijo que todo el trabajo ya estaba hecho, y aún más, ya que el neumático pinchado era evidentemente una buena excusa para haber llegado tarde. Esto puso de manifiesto que David fue verdaderamente sincero en su deseo de ayudar, y esto le valió el honor de ayudar al entrenador con sus trofeos. El entrenador no recompensó a David por haber llegado tarde, él lo recompensó por ser realmente "grande".

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.