Seguro de Viajes

6 min de lectura

Haazinu-Vezot Habrajá (Deuteronomio 32-34 )

La parashá de esta semana es única en el sentido que se trata de una canción. Se trata de la canción de Moisés describiendo la historia del pueblo judío, describiendo sus relaciones con las demás naciones del mundo y con Dios.

Algunas personas pueden sentir que la historia es algo aburrido. "¿Qué tiene que ver esto conmigo?", pueden preguntar. Pero en realidad, la historia es mucho más que un relato de lo que sucedió hace mucho tiempo. Puede ser una guía valiosa para ayudarnos a vivir mejor en este mismo momento.

Por ejemplo, podemos aprender de las experiencias de los demás, lo que ha funcionado para ellos y lo que no ha funcionado. Podemos usar esta información para tomar mejores decisiones en nuestras propias vidas.

En nuestra historia un niño descubre que las lecciones del pasado tienen algo que decirle a él.

"Seguro de Viajes"

El hogar de los Cohen no era el mismo desde que el abuelo se había mudado con ellos.

Los muchachos estaban durmiendo en la sala de juegos para que el abuelo pudiera tener el dormitorio tranquilo, y su papá había añadido una tabla a la mesa de la cocina para hacerla más grande, de esta manera habría espacio para el nuevo miembro de la familia.

Ahora la casa parecía tener un ambiente especial, cálido y acogedor, desde que el animado hombre mayor había llegado.

Al abuelo le encantaba deambular por el jardín y de alguna manera sabía exactamente lo que cada árbol y cada planta necesitaba para poder crecer. Pero más que nada el Abuelo amaba pasar tiempo con sus nietos. Él les daba caramelos que sacaba de su bolsillo, aparentemente sin fondo, y les contaba historias sobre su infancia.

Ariel amaba las historias de su abuelo, pero su hermano Jaim pensaba que eran "historia antigua", y tenía que esforzarse para no bostezar en el medio de ellas.

Un domingo por la mañana los chicos se encontraban en el garaje alistando sus bicicletas, dispuestos a pedalear hasta el centro comunitario cercano para ir a nadar. Ellos estaban a punto de partir cuando de pronto el Abuelo entró a través de la puerta abierta del garaje. Él sostenía en su mano un rastrillo que había estado utilizando en el jardín.

"Hey compañeros", dijo el abuelo con una sonrisa. "¿A dónde se dirigen tan temprano en la mañana?".

Antes de que los muchachos pudieran responder el prosiguió: "Ustedes saben, cuando yo era un niño también solía tener una bicicleta, por supuesto que no era tan elegante como las bicicletas de ustedes...", dijo señalando las brillantes bicicletas.

Luego cambió de tema y comenzó a contarles a los muchachos acerca de como él siempre llevaba una moneda consigo cuando salía de viaje y la daba como caridad cuando llegaba sano y salvo a su destino. "De esta manera siempre estás en camino de hacer una buena acción, ¡y ese es el mejor ‘seguro de viajes' que hay!", dijo con una sonrisa.

Ariel estaba fascinado con las palabras de su abuelo, mientras que Jaim bostezaba y miraba su reloj. Después de unos minutos el abuelo terminó su historia y caminó de vuelta hacia el jardín, esta vez con una pala.

"Bueno, vamos", dijo Jaim impacientemente. "Quizás todavía podemos llegar a la piscina antes de que se replete de gente".

Pero Ariel lo detuvo. "Espera un minuto, vuelvo de inmediato", dijo, y entró corriendo a la casa. Rápidamente salió de vuelta sosteniendo una brillante moneda de medio dólar. "He aquí", dijo. "¡Seguro de viajes instantáneo!, como dijo el Abuelo. Voy a ponerla en la caja de caridad para los necesitados cuando lleguemos al centro comunitario. ¿Quieres tomar una tu también?", le preguntó a su hermano.

Jaim sólo se rió. "¿Para qué?", dijo. "El Abuelo sólo estaba contándonos más de sus historia antiguas. Apuesto a que su bicicleta era tan vieja y destartalada que necesitaba un 'seguro'. Pero mi gran bicicleta de montaña todo terreno es lo suficientemente fuerte como para llegar sola".

Ariel encogió los hombros y los muchachos partieron. Cuando habían avanzado sólo unas pocas cuadras llegaron hasta un gran signo amarillo de desvío. El policía que estaba allí explicó que había una construcción más delante y que toda persona que deseara llegar al otro lado de la ciudad tendría que tomar la Vía Colón, que era mucho más larga.

Los muchachos dieron media vuelta en sus bicicletas para tomar el desvío. El largo camino montañoso era muy difícil de recorrer y los muchachos se detuvieron para obtener un breve descanso. Cuando comenzaron de nuevo, la bicicleta de Jaim no se movía.

"El cambio se ha quedado atascado. Tú sigue adelante. Yo te alcanzo en un momento", dijo Jaim mientras luchaba para aflojar la cadena. Después de un rato logró partir. Pero unos minutos más tarde su bicicleta comenzó a emitir un silbido, y muy pronto el neumático posterior estaba totalmente desinflado. "No puedo creerlo", suspiró Jaim.

Mientras comenzaba a arreglar la llanta, recordó la historia de su abuelo y pensó que tal vez, después de todo, tenía algo que aprender al respecto. Había buenas acciones para hacer hoy en día al igual que en la época del abuelo. Se tardó bastante tiempo en arreglar la llanta, y cuando finalmente llegó, el centro comunitario estaba a punto de cerrar y no lo dejaron ingresar a la piscina. Su hermano Ariel acababa de salir del vestuario, y se veía renovado después de un agradable baño. "Lamento que te lo hayas perdido", dijo Ariel simpáticamente.

Jaim asintió y dijo: "Tal vez no llegué a nadar, pero si llegué a aprender que vale la pena prestarle atención a las historias del abuelo. A partir de ahora voy a apreciar su sabiduría muchísimo más".

De 3 a 5 años

P. ¿Cómo se sintió Jaim respecto a las historias de su abuelo cuando las escuchó por primera vez?
R. Él sintió que eran aburridas porque habían ocurrido hace mucho tiempo.

P. ¿Cómo se sintió después de su recorrido en bicicleta?
R. Se dio cuenta de que él también podía aprender algo de las palabras de su abuelo.

De 6 a 9 años

P. ¿Por qué crees que algunas personas se aburren cuando escuchan acerca de cosas que sucedieron en el pasado?
R. En general las personas sólo se interesan por cosas con las que pueden relacionarse. Cuando comienzan a oír hablar de cosas del pasado pueden llegar a sentir que estas historias no son relevantes para sus vidas. Pero si aprendemos a concentrarnos en el mensaje subyacente, como el mensaje que dio el abuelo, que las buenas acciones son importantes y que si estamos en camino de hacer una buena acción eso nos proporciona "protección celestial", entonces aprenderemos cosas nuevas de cosas que ocurrieron hace mucho tiempo.

P. ¿Por qué crees que el abuelo de Ariel y Jaim quería contarles a los chicos historias de su vida?
R. Él amaba a sus nietos y quería ayudarlos. Se dio cuenta de que había aprendido muchas lecciones valiosas a lo largo de su vida y quería compartir su sabiduría con los niños a fin de que sus vidas fueran más placenteras. Sus historias eran realmente como regalos de amor.

P. ¿Qué cosas has aprendido de la vida de tus padres y de tus abuelos?

10 años y más

P. ¿Crees tú que la gente de hoy en día es igual a la gente de hace 100 años atrás? ¿Qué hay de unos 1.000 años atrás?
R. Es evidente que han habido muchos cambios en el mundo a lo largo de las décadas y de los siglos, han cambiado los estilos y las nuevas tecnologías hacen que el mundo parezca totalmente nuevo y diferente. Pero detrás de todo esto la naturaleza humana sigue siendo la misma. Los sentimientos y las motivaciones de la gente son en gran medida consistentes con lo que han sido siempre. Un hombre de hace 1000 años, que no tiene idea lo que es un teléfono celular, podría llegar a entender por qué te sentirías mal si es que todos tus amigos tienen uno y tú no. Si somos capaces de observar más allá de las capas externas propias de cada período histórico, y nos concentramos en las lecciones universales que ofrecen acerca de la naturaleza humana, entonces el pasado se convierte en una valiosa ventana para el futuro.

P. ¿Es preferible aprender de nuestros propios errores o de los errores de los otros? ¿Por qué?
R. Sin duda que es muy valioso aprender de nuestros propios errores. ¡Qué vergüenza equivocarse y ni siquiera aprender de aquello una lección para la próxima vez! Pero si podemos evitar la equivocación en primer lugar, ¡mucho mejor! Podemos lograr esto cuando aprendemos a mirar la vida de quienes nos rodean y que vivieron antes que nosotros, y analizamos lo que hicieron bien y lo que hicieron mal. Tenemos una fantástica oportunidad para vivir una vida más feliz y evitar un montón de errores dolorosos si estamos dispuestos a hacerlo. "Un necio aprende de sus propios errores, un hombre sabio aprende de los errores de los demás".

P. ¿Qué cosas has aprendido de la vida de tus padres y de tus abuelos?

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