Elige Tus Valores

5 min de lectura

Pesaj (Éxodo 12:21-51 )

Historias, enseñanzas y preguntas para padres e hijos.

Pesaj es la gran festividad de la libertad en donde recordamos y celebramos la milagrosa liberación de nuestro pueblo de la brutal esclavitud de Egipto. Mientras que la libertad física y política es muy importante, nuestros sabios nos enseñan acerca de una libertad más elevada - la libertad de ser esclavos de hábitos y deseos destructivos que nos hacen actuar equivocadamente. Una persona que realmente puede elegir actuar de acuerdo a sus valores y no sólo a sus deseos es una persona verdaderamente libre.

En nuestra historia, un grupo de niños descubre el verdadero significado de la libertad.

Libre de Azúcar

“Esto es tan emocionante, ¿verdad?”, preguntó Andrea mordiendo un aperitivo, mientras un mesero pasaba ofreciendo una bandeja con refrescos.

“¡Seguro lo es!”, respondió su prima Susan. “No puedo creer que la tía Debby finalmente se casa después de tanto tiempo, ¿tú lo puedes creer?

“Sí, es increíble, estoy tan feliz por ella. Ella es la mejor, y esta boda es increíble - pero también lo es este elegante salón de fiestas - ¡y este buffet! ¡Creo que podría comer suficiente como para toda la semana!

“Y esto es sólo un aperitivo”, dijo Susan, mientras ambas chicas reían y se sentaban a comer.

“Todo es tan delicioso, ¿no es verdad Susan?”.

“Sí. El mousse de chocolate es de fuera de este mundo”, acordó la niña. “¿Me pregunto cuando llegará la tía Debby con su nuevo esposo para que podamos darle un gran abrazo?”.

“Muy pronto. Espero”. Pero en el intertanto, volvamos al buffet y tomemos un poco más de esa deliciosa comida”, dijo Andrea guiñando un ojo.

“Mmm, no lo sé Andrea. No quiero exagerar. Estoy bastante satisfecha en este momento, y trato de guiarme por la regla de ‘come cuando estés hambrienta, detente cuando estés satisfecha’”.

Andrea casi dejo caer el pedazo de pastel que estaba metiendo en su boca, mientras miraba fijamente a su prima en estado de shock.

“¿Aló? ¿Eres de este siglo? No seas una esclava de tus reglas. ¡Vive un poco! ¿Cuán a menudo podemos ir a un lugar tan elegante como este y comer comida tan deliciosa como esta? No sé tú, pero yo no soy esclava de reglas o de otras cosas parecidas - ¡Yo soy libre! ¡Yo hago lo que quiero, cuando quiero! Vamos, la última en llegar es un pastel de chocolate”. Con eso, Andrea marchó determinadamente al mesón de postres.

Susan dudó por un momento. Es verdad, ella no asistía a bodas tan a menudo, ¿pero acaso eso era un excusa para ignorar sus valores y hacer simplemente lo que sentía en el momento? Por otra parte, quizás su prima sí tenía razón y realmente estaba siendo una esclava y debía ser libre, así como era Andrea. Ella observó deseosamente el buffet - especialmente el mesón de postres. Las dos primas habían heredado de la familia el gusto por las cosas dulces. Probablemente pasaría mucho tiempo antes que se presentara otra oportunidad de satisfacer ese gusto con una variedad tan grande de postres.

Pronto Andrea retornó con un plato repleto de todo tipo de delicias.

“¿Decidiste seguir siendo esclava?, ¿ah?”, ella regañó. Susan sólo sonrió débilmente - ella realmente no sabía que decir.

Ella se sentía un poco celosa de Andrea, su prima ‘libre’, quien tragaba comida como si no existiera el mañana, cuando de pronto, la música comenzó y la novia entró con una gran fanfarria. Susan saltó de su asiento para unirse al baile y celebrar con la novia.

“Vamos Andrea, este es el momento para el que vinimos, ¡vamos!”.

Andrea se quedó en su lugar, comiendo.

“¡Vamos Andrea! ¡Durante meses hablamos acerca de como bailaríamos con la tía Debby en su boda!”.

“Anda tú, yo me uniré en un segundo. Sólo quiero, tú sabes, terminar esto que tomé primero”.

“Pero Andrea”, dijo Susan en shock, “¡nuestra tía favorita se acaba de casar! No es celebrar y bailar con ella mucho más importante que tragar unas cuantas golosinas más”.

Andrea, viéndose incómoda, asintió con la cabeza. “Obviamente... yo sé que estás en lo correcto, pero... estos postre están demasiado deliciosos como para pasar, tengo que probarlos primero, ¿está bien?”. Ella volteó su rostro de Susan y lo insertó en el plato lleno de postres.

Susan movió su cabeza tristemente a medida que se alejaba de la mesa para saludar a la novia. Ella entendió que no estaba siendo una esclava al decidir libremente hacer lo que consideraba correcto - no comer de más e ir a saludar a su tía.

Susan no quiso decirlo para no herir a su prima, pero ella entendió que, alguien que no puede dejar de hacer lo que siente para hacer lo que realmente debería, es el esclavo más grande que existe.

Preguntas Para Discutir

De 3 a 5 años

P. ¿Cómo se sintió Andrea cuando Susan no quiso comer más?

R. Ella sintió que su prima Susan estaba siendo una esclava de sus propias reglas y estaba perdiéndose una gran oportunidad.

P. ¿Cómo se sintió Susan cuando vio que Andrea no pudo dejar de comer para ir a saludar a su tía Debby?

R. Susan entendió que realmente Andrea - y no ella - era una esclava, ya que no podía detenerse a pesar de que sabía que no era lo correcto.

De 6 a 9 años

P. ¿Qué lección de vida crees que aprendió Susan aquella noche?

R. Cuando Andrea la acusó de actuar como una esclava por reprimir su deseo de comer más, Susan se cuestionó si realmente estaba haciendo lo correcto o no. Sin embargo, cuando ella vio que Andrea no podía dejar de comer para hacer lo que consideraba correcto - saludar a su tía que acababa de casarse - Susan entendió que un esclavo no es alguien que se controla a sí mismo, sino alguien que no tiene control.

P. ¿Crees que Susan estaba actuando libremente al no comer por no tener más hambre? ¿Por qué sí, o por qué no?

R. Ser libre no significa hacer lo que uno siente en el momento. La verdadera libertad es el poder de elegir hacer libremente lo que realmente quieres hacer, a pesar de que una parte de ti desee lo contrario. Y en eso, Susan pasó la prueba.

10 años y más

P. ¿Crees que una persona puede estar en la cárcel y de todas maneras ser libre? Si es así, ¿cómo?

R. Sí. La verdadera libertad espiritual no depende de circunstancias externas, en cambio, la verdadera libertad espiritual es la forma en la que una persona decide pensar, hablar y actuar de una manera que refleja sus más profundos valores internos, dentro de los límites que las circunstancias permiten. Por lo tanto, incluso alguien confinado en una celda puede ser esencialmente libre, y por el contrario, alguien que disfruta los más grandes lujos puede ser un esclavo.

P. ¿Qué crees que significa ser un ‘esclavo de tus deseos’?

R. Cada persona tiene dos voces internas que compiten. Una representa sus verdaderos valores internos que la llevarán al crecimiento personal y espiritual. La otra representa el deseo de la gratificación inmediata a toda costa. Alguien que actúa en base a esta segunda voz esencialmente es un esclavo del deseo, y esto le impide cumplir su verdadero propósito en la vida.

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