Itró 5779

6 min de lectura

Itró (Éxodo 18-20 )

El semanario electrónico más popular del mundo judío, con más de 300.000 lectores.

¡Buen día! Mi amigo Sunny Goldstein, de bendita memoria, me contó que conoció a un joven que estaba vestido y cubría su cabeza de acuerdo con una religión oriental. Le preguntó cuál era su nombre, y el joven le respondió con un nombre de 15 letras en sánscrito.

Sunny le preguntó si estaba casado y el joven le respondió: “No, pero muy pronto me elegirán una esposa”. Luego Sunny le preguntó de dónde era, qué hacían sus padres y cuál era su nombre previo. El joven era de un pequeño pueblo en Pensilvania, sus padres eran sastres y su nombre previo era claramente judío.

Sunny siguió preguntándole: “¿Por qué te alejaste de tu propia herencia y cómo llegaste a involucrarte con el estilo de vida que tienes en la actualidad?”. El joven le respondió: “Mi padre me obligaba a ir a la sinagoga y a usar una kipá, mis padres estaban siempre trabajando y nunca estaban en casa. Me afilié con el grupo mientras estudiaba en la universidad”.

Entonces Sunny le dijo: “Si tu padre te hubiera dicho que te cases con alguien judío te hubieras quejado de que él controlaba tu vida. Sin embargo, dejas que ellos te elijan una esposa. Te molestó que tu padre te dijera que debías usar una kipá, sin embargo dejas que tu nueva religión escoja cómo te cubres la cabeza y cómo te vistes. Estás enojado con tus padres porque no estaban contigo en la casa, pero no tienes ninguna objeción de que hayan trabajado 14 horas diarias para que tú pudieras ir a la universidad… Dime, ¿por qué no fuiste a ayudar a tus padres en el taller después de la escuela, para que no tuviesen que trabajar 14 horas y pudieran volver a casa más temprano?

En cierto momento de la vida debemos dejar de culpar a nuestros padres, a nuestros maestros y a nuestra sociedad y tomar la responsabilidad por nuestras propias vidas. Es triste ver a un adolescente de 15 años culpando a sus padres, a su escuela y a la sociedad por su falta de éxito. Es patético oír a una persona de 35 años con la misma vieja historia.

Más bien, debemos fijarnos metas, hacer planes, idear estrategias para hacer lo mejor posible con nuestras vidas. Una buena parte del éxito que tendremos depende de aceptar el bien que recibimos de nuestros padres, de la escuela y de la sociedad y expresar nuestra gratitud. Entonces tendremos una perspectiva positiva que nos dará la fuerza y la fortaleza necesaria para tener éxito. Para resaltar esta importante idea, quiero compartir con ustedes una historia del Dr. Howie Leibowitz, un estudiante de nuestra Academia de Estudios Judaicos en Aish HaTorá en Jerusalem.

Estaba trabajando en la sala de primeros auxilios cuando sonó el código de emergencia en la cafetería. Una mujer que había ido al hospital a visitar a su esposo sufrió un masivo ataque cardíaco. No tenía latidos. Trabajamos frenéticamente en ella. Cada momento parecía una eternidad.

Después de 15 minutos, seguía sin latidos. Los otros médicos comenzaron a retirarse, habían perdido las esperanzas. Yo continué intentándolo. Una vida es muy valiosa. Finalmente, aproximadamente media hora después, hubo un bip… ¡su corazón había comenzado a latir! La llevamos de inmediato a la sala de emergencias y logramos estabilizarla.

Seis horas más tarde, al finalizar mi guardia, decidí pasar a ver cómo se sentía. Ella estaba sentada en la cama conversando con su marido. Cuando entré a la habitación, su esposo le dijo: ‘Querida, este es el Dr. Leibowitz. ¡Él fue quien te salvó la vida!’

La mujer mi miró y me dijo: ‘No sé qué decir. Gracias es lo que se le dice a alguien que te abre la puerta. Doctor, quiero que sepa que cada vez que abrace a mi nietro, cada vez que salga a caminar con mi esposo, cada vez que vea un atardecer, le voy a estar agradecida’”.

El Dr. Leibowitz contó esta historia para expresar su gratitud con Rav Noaj Weinberg y Aish HaTorá. ¿Pero cuál es la lección que debemos aprender de la historia?

¿Cuándo fue la última vez que llamaste a tu madre y a tu padre para agradecerles por traerte a este mundo y por amarte? ¿Cuándo fue la última vez que llamaste a esa maestra especial? ¿Cuándo fue la última vez que les agradeciste a tus amigos por estar a tu lado? Y si tus padres, la maestra especial y el amigo no están para que puedas expresar tu agradecimiento, recuerda (cada vez que sostengas a un niño, que camines con alguien o veas una puesta de sol) que debes vivir tu vida agradeciendo a aquellos que lo hicieron posible.

***

LA PARASHÁ DE LA SEMANA

Itró, Éxodo 18:1 – 20:23

Esta es la porción de la Torá que contiene los Diez Mandamientos. ¿Sabías que hay diferencias entre los Diez Mandamientos tal como aparecen aquí (Éxodo 20:1-14) y como aparecen luego en Deuteronomio 5:6-18? (Sugerencia: proponles como juego a tus hijos encontrar las diferencias durante la comida de Shabat).

El suegro de Moshé, Itró, se unió al pueblo judío en el desierto, le aconsejó a Moshé cuál era la mejor manera de servir y juzgar al pueblo (estableciendo una jerarquía de intermediarios) y luego regresó a Midián. Entonces recibimos los Diez Mandamientos. A los dos primeros los escucharon todos los judíos directamente de Dios pero le suplicaron a Moshé que fuera Su intermediario para los restantes, porque la experiencia era demasiado intensa.

La parashá termina cuando Dios le dice a Moshé que instruya al pueblo no hacer ninguna imagen de Dios. Luego se les ordenó hacer un altar de tierra y eventualmente un altar de piedra, pero sin usar una espada ni una herramienta de metal.

***

Devar Torá

Basado en Growth Through Torah por el Rav Zelig Pliskin

La Torá dice:

“Honra a tu padre y a tu madre para que se alarguen tus días en la Tierra que tu Dios te entrega” (Éxodo 20:12)

También dice:

“Cada hombre, a su madre y a su padre debe temer” (Levítico 19:3)

A continuación se encuentran algunas de las reglas básicas de este mandamiento:

1. El hijo debe considerar a sus padres distinguidos, incluso si otros no consideran que así sea.

2. Siempre debemos hablarles a nuestros padres con un tono suave y agradable

3. El hijo no debe contradecir a sus padres (Ioré Deá 240:1 – El Código de la Ley Judía)

4. El hijo no debe llamar a sus padres por el nombre (Ioré Deá, 240:1)

5. El hijo no debe sentarse en el lugar en el cual habitualmente se sienta su padre

6. El hijo debe cumplir los pedidos de sus padres con una expresión agradable en el rostro

7. Estás obligado a ponerte de pie ante tu padre y tu madre cuando ellos entran a la habitación (I.D. 240:7)

8. El hijo no tiene derecho a humillar ni avergonzar a sus padres, sin importar lo que ellos le hayan hecho a él

9. Si el padre le dice al hijo que transgreda una ley de la Torá o una ley rabínica, tiene prohibido hacerlo

10. El hijo debe tener cuidado de no despertar a sus padres

Los padres deben asegurar que sus hijos pequeños muestren respeto hacia ellos y hacia los demás. Si un niño pequeño se habitúa a ser irrespetuoso hacia sus padres y hacia los demás, tampoco será respetuoso cuando crezca. (Por eso yo nunca dejo que mis hijos llamen a otros adultos por sus nombres, incluso si mis amigos se presentan ante mis hijos usando su nombre). La recompensa por honrar a los padres es una vida larga. Por lo tanto, si el padre sinceramente ama a sus hijos, debe asegurarse que cumplan con este mandamiento.

Encendido de Velas

25 de enero

(O consultar: www.aishlatino.com/sh/hedv/109619944.html)

Jerusalem 4:27
Barcelona 5:40 – Bogotá 5:47 - Buenos Aires 7:47
Caracas 6:11 - Ciudad de México 6:07 - Guatemala 5:40
Lima 6:22 PM - Los Ángeles 4:59 – Madrid – 6:06 PM
Miami 5:41 - Montevideo 7:38 – Nueva York 4:47
Panamá 6:03 - San José (Costa Rica) 5:20 – Santiago 7:33

Cita de la semana

Honra a tus padres…
Y tus hijos te honrarán a ti.

Shabat Shalom, Rabino Kalman Packouz

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