El simbolismo de los sacrificios

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Tzav (Levítico 6-8 )

Perspectivas de la Torá prácticas para la vida.

En la parashá de esta semana, la Torá nos presenta dos de las más importantes clases de ofrendas: la ofrenda Olá ‘elevación’ (1) y la ofrenda Shelamim ‘paz’ (2). La Olá es quemada por completo en el altar, y “sube” entera al cielo, mientras que la ofrenda Shelamim sólo arde parcialmente, siendo el resto compartido por el dueño del animal, su familia y el kohén ‘sacerdote’.

Rav Uziel Milevsky (3) habla sobre el simbolismo de estas dos ofrendas. Comienza citando el comentario del Meshej Jojmá (4), que trae una disputa entre Hilel y Shamai, los dos grandes líderes rabínicos, respecto a las ofrendas Olá y Shelamim. Al presentarse en el Templo en los tres festivales de peregrinaje, la persona debía traer una ofrenda Jaguigá, que pertenece a la categoría de Shelamim, y una ofrenda Reiá, que pertenece a la categoría de Olá. Estos sacrificios, en particular, no tienen límite máximo en su valor, pero sí uno mínimo. De acuerdo a Shamai, la ofrenda Olá, que era ofrecida a Dios por completo, debía valer al menos dos monedas de plata, mientras que la ofrenda Shelamim sólo necesitaba valer una moneda de plata. Hilel opinaba lo opuesto, es decir, el valor mínimo de Shelamim era dos monedas de plata, mientras que el valor mínimo de Olá era una (5). Por alguna razón, Shamai le atribuía más valor a la ofrenda Olá, mientras que Hilel a Shelamim.

El Meshej Jojmá dice que esta disputa indica una diferencia fundamental en la perspectiva de estas dos escuelas de pensamiento (6). La fuente de esta diferencia es otro desacuerdo entre Shamai e Hilel, respecto a la creación del mundo. El Yalkut Shimoni (7) nota una contradicción entre los dos versículos que sugieren el orden en que fueron creados los cielos y la tierra: el versículo inicial de Bereshit declara que, primero, Dios creó los cielos, viniendo la tierra recién después (8). Sin embargo, el segundo capítulo implica que la tierra fue creada antes que los cielos (9). Shamai argumenta que los cielos fueron creados primero, mientras que Hilel sostiene que primero fue creada la tierra.

Rav Milevsky, basado en el Meshej Jojmá, explica que discuten respecto a qué cosa es más central en la creación de Dios, si el cielo o la tierra. Shamai sostiene que el mundo sigue teniendo su centro en el cielo, implicando que los principios cardinales que lo guían son los valores que pertenecen a las esferas más elevadas: la Torá y el Emet ‘la verdad’. En contraste, Hilel cree que el mundo tiene su centro en la tierra, lo cual implica que sus principios cardinales están basados en los seres humanos y en las imperfecciones de este mundo.

Para entender las aplicaciones prácticas de las ideologías de Hilel y Shamai, y cómo se manifiestan en nuestra vida, es importante analizar varias fuentes rabínicas que describen otros desacuerdos entre ellos, tanto en el área de la ley como en el de la hashkafá (pensamiento judío). Luego podremos explicar la razón por la que Shamai le atribuyó un valor superior a la ofrenda Olá, mientras que Hilel se lo dio a Shelamim.

La Guemará en Sanedrín trata una diferencia importante entre Moisés y su hermano Aarón, en relación a la justicia. Cuando llegaba a la corte una disputa legal, la opinión de Aarón era que el juez debía buscar un acuerdo en donde ambos cedan, intentando engendrar una relación de paz y armonía entre los litigantes, incluso si una parte era menos merecedora que la otra. Como vemos, para Aarón mantener la paz era una mayor prioridad que alcanzar la justicia. En contraste, Moisés creía que el juez debía apuntar a la absoluta verdad, dando su veredicto de acuerdo a la verdad, más allá de los sentimientos de los litigantes (10).

El Meshej Jojmá nota que Hilel se identifica con Aarón, como queda demostrado en Pirkei Avot, donde Hilel nos instruye a estar entre los discípulos de Aarón en lo referente a promover la paz entre nuestros prójimos (11). La implicancia es que Hilel nos dice que seamos más como Aarón que como Moshé (12). La razón no es que haya algún error en el enfoque de Moshé, sino que su nivel es tan alto que es el de la pura verdad. En tal nivel, no hay concesiones para proteger los sentimientos de las personas; la verdad es el valor supremo. El enfoque de Shamai está más en línea con el de Moisés: sostiene que, si bien no podemos alcanzar el exaltado nivel de Moisés, de todos modos, debemos esforzarnos para alcanzar cualquier verdad que tengamos a nuestro alcance. De esta forma, Shamai se enfoca más en el cielo que en la tierra; el cielo, donde no hay lugar para resignar la verdad, donde la verdad es prístina.

Esta diferencia en el enfoque se manifiesta en un desacuerdo respecto a la verdad y la falsedad. La Guemará en Ketubot habla sobre el caso de una pareja recién casada, donde la novia no es particularmente merecedora de alabanza. Hilel y Shamai discuten sobre lo que uno debería decirle al novio. Shamai dice que uno debería decirle la verdad tal cual es, más allá de que al hacerlo, heriría los sentimientos del novio. Hilel, por el otro lado, argumenta que, por cuanto que hacer eso causaría incomodidad, uno debería alabarla de manera general. Shamai dice que el enfoque de Hilel constituiría una transgresión de la prohibición de mentir, mientras que Hilel sostiene que, en tales casos, mantener la paz y la harmonía entre el novio y la novia es más importante que no mentir, por lo que la prohibición no aplica (13). La opinión de Hilel es que causar dolor y desacuerdo entre las personas no está alineado con la verdad. La ‘disputa’ provee un ejemplo esclarecedor de las ramificaciones de las diferentes perspectivas de Hilel y Shamai. Shamai se adhiere a un apego estricto a la verdad, mientras que Hilel resigna el valor de la verdad en favor de la paz (14).

Con este entendimiento de las opiniones de Hilel y Shamai, podemos entender la razón de la disputa respecto a qué Korbán debería tener un valor mínimo superior, si la ofrenda Olá o Shelamim. La Olá, ofrecida a Dios por completo en el altar, es una “ofrenda celestial” para Shamai, cuyo objetivo principal es el servicio a Dios y el apego a la verdad absoluta. Sin embargo, para Hilel el objetivo principal es la paz, por lo que le atribuye un valor superior a la ofrenda Shelamim, que es compartida con el dueño del animal, su familia y el sacerdote, promoviendo así la paz y la armonía entre las personas.

Hemos analizado las diferencias fundamentales entre Hilel y Shamai, y cómo ellas se reflejan en sus legislaciones conflictivas respecto a la ofrenda Olá y Shelamim. Vimos que la perspectiva de Hilel enfatiza el hecho de ceder para alcanzar la paz, mientras que Shamai se enfoca en el apego absoluto a la verdad. La Guemará en Eruvín declara que, después de tres años de debate entre las dos escuelas, una voz anunció: “Ambas opiniones son del Dios viviente, pero la ley sigue a Beit Hilel” (15). Esto significa que ambas perspectivas son correctas, pero que tienen enfoques diferentes. En este mundo, el enfoque más adecuado es el de Beit Hilel (16), porque en este mundo el valor de la paz puede estar en conflicto con el de la verdad y, para el nivel de la mayoría de las personas, la perspectiva de Hilel es la más apropiada (17).

Una aplicación práctica de esta discusión es cuando una persona puede sentir, erróneamente, que es bueno siempre apegarse estrictamente a la verdad, incluso cuando hacerlo le cause dolor a otros o pueda llevar a una discordia.

El hecho de seguir a Beit Hilel en este mundo nos enseña que, en ocasiones, es imposible perseguir la verdad absoluta sin causarle dolor a otros. Es altamente recomendable que cada persona aprenda las leyes respecto a cuándo está permitido, y cuándo no, alterar la verdad por el bien de la paz.


Notas:

(1) Vaikrá, 6:2.

(2) Vaikrá, 7:11.

(3) Fue el Gran Rabino de México y, posteriormente, maestro en la Ieshivá Or Saméaj. Fue famoso por sus profundas explicaciones de la Torá. Sus clases fueron posteriormente publicadas en dos volúmenes con el nombre Ner Uziel. Este ensayo se encuentra en el segundo volumen, pp. 16-20.

(4) Escrito por Rav Meir Simja de Dvinsk, uno de los más grandes eruditos de Torá de principios del siglo XX.

(5) Jaguigá, 6a.

(6) Meshej Jojmá, Shemot, 20:18.

(7) Yalkut Shimoni, 1:4.

(8) Bereshit, 1:1. El Yalkut también cita un pasuk de Yeshayá que indica que los cielos fueron creados primero.

(9) Bereshit, 2:4.

(10) Sanedrín, 6b.

(11) Avot, 1:12.

(12) Ner Uziel, p. 17.

(13) Ketubot, 17a.

(14) Ver Ner Uziel allí, y Meshej Jojmá, Shemot, 20:18, para más aplicaciones de la disputa entre Hilel y Shamai.

(15) Eruvín, 13b.

(16) Los estudiantes de Hilel, que legislaron en base a la opinión de Hilel.

(17) Sin embargo, los comentaristas señalan que, en el Mundo Venidero, las leyes siguen a Beit Shamai, porque en ese mundo no hay contradicción entre Emet y Shalom.

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