La noticia de la muerte de Aharón

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Jukat (Números 19:1-22:1 )

El canaanita rey de arad oyó… y le hizo la guerra a Israel (21:1)

Cuando el rey canaanita oyó la noticia, decidió que era un momento auspicioso para atacar al pueblo judío. ¿Qué noticia escuchó? El Talmud (Rosh Hashaná 3a) dice que escuchó que Aharón había muerto y que subsecuentemente partieron las Nubes de Gloria.

¿Por qué la muerte de Aharón causó que partieran las Nubes de Gloria? ¿Por qué su muerte dejó al pueblo judío vulnerable a los ataques?

El Ateret Mordejai explica que Aharón era el pegamento que mantenía unido al pueblo judío. La Mishná (Avot 1:12) dice que Aharón "amaba la paz y perseguía la paz, amaba a las personas y las acercaba a la Torá". Él se acercaba a las personas con un amor ilimitado y nadie podía evitar responderle de la misma manera.

Cuando Aharón veía que un judío hacía algo malo, no respondía con enojo. No arrojaba piedras. No lo criticaba ni lo reprendía. Aharón lo saludaba con una sonrisa, con un "buen día" afectuoso. Le preguntaba cómo estaba y realmente se alegraba cuando escuchaba buenas noticias. Cuando se separaban, el transgresor se sentía alentado por el amor de Aharón. Se sentía bien. Y cuando se le volvía a presentar la oportunidad de pecar, se controlaba y se preguntaba: "¿Cómo podría hacer algo así? Aharón, que fue tan afectuoso conmigo, se molestaría si yo hiciera eso. Quizás no debería hacerlo". De esta forma, Aharón acercaba a la gente a la Torá y los inspiraba a hacer teshuvá.

El Sr. Harry Wolpert, una persona de Baltimore que siempre ayuda a las causas de Torá, fue alumno de Rav Baruj Ver Leibovitz, el Rosh Ieshivá de Kamenitz. Cuando el Sr. Wolpert llegó a Baltimore a comienzos del 1900 enfrentó una y otra vez la prueba de la observancia del Shabat. Baruj Hashem hoy en día no tenemos esos problemas. Hoy es raro que un trabajo o una profesión presente un impedimento para la observancia del Shabat. Pero en esos días era diferente. Era muy habitual que el empleador dijera: "Si no vienes a trabajar el sábado, no te tomes la molestia de volver el lunes". Lo que evitó que el Sr. Wolper sucumbiera fue el recuerdo del enorme amor que Rav Baruj Ber tenía hacia cada uno de sus estudiantes. No su Torá. No su musar. Sólo su amor.

Avot de Rabí Natan señala que cuando Aharón murió "toda la casa de Israel estuvo de duelo", tanto hombres como mujeres. Pero cuando murió Moshé, sólo "los hijos de Israel" (sólo los hombres) guardaron duelo.

Moshé amaba al pueblo judío con todo su corazón, pero su rol era ser maestro y juez. Él tenía que mostrarle al pueblo cómo comportarse, corregir sus errores, emitir juicios sin concesiones. El pueblo lo respetaba, lo admiraba, lo reverenciaba y lo amaba, pero había una inevitable distancia en la relación. Pero Aharón era todo amor y el pueblo respondió con un amor sin reservas.

Aharón buscaba la paz. Él fue el epítome de la paz y la aceptación. Cuando Moshé regresó a Egipto como el mensajero de Hashem, Aharón no sintió la mínima chispa de envidia. Su alegría era genuina. Él estaba en paz con la situación, con su hermano, con todo el mundo.

Aharón también hizo todo lo que estaba a su alcance para difundir la paz entre otras personas. Cuando sabía que dos personas tenían una pelea, se acercaba a una de ellas y le decía: "Yo sé que tu compañero quiere hacer las paces contigo, pero está demasiado avergonzado para venir a hablar contigo. Si tú estás dispuesto a hacer las paces, yo actuaré como intermediario". Indudablemente la persona aceptaba la oferta del ilustre Aharón. Luego iba y le decía lo mismo a la otra persona, y así se solucionaba todo. ¡Paz!

El Ialku Shimoni dice que Hashem dudaba (por así decirlo) si decirle a Aharón directamente que había llegado el momento en que tenía que morir. En Shaarei Orá, Rav Meir Bergman señala que en ninguna parte encontramos que Hashem haya dudado en decirle a Moshé que había llegado su momento. Rav Bergman sugiere que lo que le dio ese estatus especial a Aharón fue su mérito de difundir la paz entre el pueblo judío.

Pero ahora, concluye el Ateret Mordejai, este gran parangón de la paz falleció. La armonía entre el pueblo judío comenzó a menguar. Por todas partes surgieron peleas y disputas. La gente comenzó a pelear. De repente volvió a haber majloket entre el pueblo. Las Nubes de Gloria partieron y el pueblo judío se volvió vulnerable al ataque.

El Ateret Mordejai también conecta esta idea con el versículo de Séfer Bereshit (12:6): "Hubo una pelea entre los pastores de Abram y los pastores de Lot, y los canaanitas vivían en ese momento en la tierra".

¿Por qué la Torá nos dice que "los canaanitas vivían en ese momento en la tierra"? Mientras había paz entre los pastores de Abram y de Lot, su unidad los protegía de los canaanitas. Pero apenas comenzaron las peleas, los canaanitas aparecieron en la tierra, tal como lo hicieron posteriormente apenas murió Aharón.

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