Conoce tus limitaciones

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Metzorá (Levítico 14-15 )

Temas contemporáneos a través del prisma de la parashá semanal.

Al hablar sobre las manchas de tzaráat que se encuentran en la casa, la Torá enfatiza la necesidad de decirle al cohen que uno encontró una mancha que parece de tzaráat: “Vendrá el dueño de la casa y le dirá al cohen: ‘algo parecido a una nega (mancha) apareció en la casa’" (14:35). Rashi explica que incluso si la casa pertenece a un talmid jajam que está seguro de que la mancha es de tzaráat, él no debe declarar que encontró tzaráat en su casa, sino que tiene que decir que encontró algo que parece una mancha de tzaráat.

A primera vista, parecería que este pasuk viene a enseñarnos sobre la humildad. El propietario no debe asumir que conoce la ley a la perfección, sino que tiene que ser humilde y decir que parece tzaráat.

Pero de ser así, ¿no es falsa humildad? Si el propietario de la casa es un talmid jajam, a quien los demás le hacen constantemente preguntas sobre todos los aspectos de la Torá, ¿por qué sería arrogante que afirmara con certeza que es tzaráat? Además, ¿por qué esta lección de humildad para un talmid jajam debía enseñarse en este lugar de la Torá? ¿No se trata de una idea general, que sería más apropiado transmitirla en la sección de la Torá que enseña sobre la autoridad de los jajamim y que les enseña a legislar? (1)

Jazal nos revelaron que la causa principal de la aflicción de tzaráat es lashón hará (2). ¿Qué lleva a una persona a hablar lashón hará?

El Jafetz Jaim enseña que si hay una situación en la que se podría juzgar al prójimo favorablemente y en cambio se lo considera culpable (y en consecuencia se habla negativamente de esa persona), se transgrede la prohibición de lashón hará (3). Si bien esto es sólo un ejemplo de una transgresión de la prohibición de lashón hará, podemos aprender de aquí que juzgar al prójimo para mal es una de las causas principales de la calumnia, si no es la principal.

Jazal nos dicen: "No juzgues a tu prójimo hasta haber estado en su lugar" (Avot 2:5). También se nos enseña que (en general) un juez no debería atender un caso por sí mismo, "porque sólo hay Uno que juzga solo" (Avot 4:10).

Cuando vemos que alguien hace algo, desconocemos la miríada de detalles que tuvieron un rol para causar esa acción. Cada persona es un mundo complejo de pensamientos, emociones, circunstancias y experiencias de vida, dificultades, intelecto, nivel de sabiduría y entendimiento. Por lo tanto, es muy presuntuoso arribar a una conclusión negativa sobre algo que en verdad no se sabe mucho.

No juzgues a tu prójimo hasta haber estado en su lugar.

Es cierto, puede ser que el propietario sea un gran erudito que conoce la ley con absoluta claridad. Sin embargo, si quiere pronunciar que esa mancha es tzaráat, asume un rol que no le pertenece.

La Torá expresa claramente que sólo un cohen está autorizado a pronunciar si la mancha es pura o impura, ninguna otra persona puede hacerlo. Entonces, pese a todo su conocimiento y entendimiento, ese talmid jajam debe conocer su lugar, sus limitaciones. (4)

Este punto es una lección crucial para evitar el lashón hará. No importa lo inteligente y sabio que seas, debes reconocer tus limitaciones. No te apresures a juzgar a tu prójimo para mal; reconoce tus limitaciones, conoce tus límites. No presumas ser un juez que juzga solo, porque sólo hay Uno que juzga solo. No juzgues a tu prójimo hasta haber estado en su lugar, y comprende que ese lugar es tan complejo y multidimensional que la probabilidad que tienes de llegar a él es prácticamente nula.

Por supuesto, así como hay circunstancias singulares o atenuantes que le permitirían a un daián tratar un caso por sí solo, también hay situaciones en las que una persona puede tener permitido definir claramente las acciones de su prójimo como erróneas (o quizás incluso estar obligada a hacerlo). El Jafetz Jaim se extiende en el análisis de los detalles de estas halajot. Sin embargo, la idea central que debemos aprender es que encarar estos temas con una postura arrogante es incorrecto y llevará inevitablemente a transgredir las prohibiciones (a pesar de que, en su arrogancia, la persona esté convencida de la verdad y justicia de su afirmación). En cambio, se debe tener una actitud sumamente humilde, de esta manera seguramente será posible encontrar formas de juzgar a los demás favorablemente o, por lo menos, pensar en factores mitigantes que disminuyan significativamente la impresión negativa de esa persona. Esto a la vez nos ayudará a evitar el terrible pecado de lashón hará.


NOTAS

(1) Por ejemplo, en parashat Shoftim (kejol asher yoruja, etc.)

(2) Ver Rashi en parashat Tazría 13:46

(3) כלל ג' סעיף ז

(4) Este punto, por supuesto, es entre el talmid jajam y Hashem. Jas veshalom que uno crea por un momento que, basado en esto, puede contradecir a su rabino con la justificación de: “en este tema yo sé más, y el rabino debería meterse en los asuntos de los rabinos y no inmiscuirse en lo que no sabe”. Esta clase de actitud es completamente inapropiada y se encuentra al límite de apikorsut. Ver Kóvetz Igrot del Jazón Ish, vol. III, carta 92.

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