El Final De Los Días

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Vaiejí (Génesis 47:28-50:26 )

Yaakov, en su lecho de muerte, le dijo a sus hijos que les revelaría cómo y cuándo llegaría el Mashiaj. Todos esperaban ansiosamente escuchar tal revelación cuando, en un inesperado giro de los eventos, Yaakov les dio en cambio una bendición diferente a cada uno. Les explicó sus fortalezas y debilidades, pero no volvió a mencionar al Mashiaj.

Nuestros sabios explican que aunque Yaakov estaba ansioso por contarles a sus hijos cuándo llegaría el Mashiaj, Dios no se lo permitió. Me gustaría ofrecer una explicación alternativa que, de hecho, no contradice a esta.

La explicación es que, al bendecir a sus hijos, Yaakov efectivamente les estaba explicando cómo y cuándo llegaría el Mashiaj.

El Talmud relata la historia de Rabí Yeoshua ben Levi, quien preguntó al profeta Eliahu cuándo llegaría el Mashiaj. Eliahu le sugirió que le preguntara al Mashiaj mismo, y le explicó dónde encontrarlo. Rabí Yeoshua fue a hablar con el Mashiaj y éste le respondió que llegaría ¡mañana! Rabí Yehoshua se fue muy excitado y se preparó para el día siguiente.

Pero como todos sabemos, el Mashiaj no llegó. Cuando Rabí Yeoshua volvió a ver a Eliahu, se quejó de que el Mashiaj le había mentido. “No, no lo ha hecho”, explicó Eliahu. “Él estaba listo para el mundo en aquel día, pero ¿estaba el mundo preparado para él?”.

El concepto judío del Mashiaj es que nosotros mismos debemos traerlo. No será impuesto sobre el mundo por Dios, sino que será traído por la humanidad. No es un cambio radical en el curso de la historia guiado por Dios, sino que es en sí mismo parte del desarrollo de la historia. El mismo mundo debe lograr la perfección y entonces Dios mandará al Mashiaj para solidificar aquel estado alcanzado.

Entonces, al bendecir a sus hijos, Yaakov les estaba explicando el poder que cada uno poseía, con el cual podrían ayudar a que el mundo llegase a la perfección. ¿Cómo y cuándo llegaría el Mashiaj? Cuando cada uno de ellos utilizara su potencial al máximo para que eso sucediera.

Muchas veces escucho judíos que dicen que el Mashiaj llegará muy pronto; pero eso es en realidad un pensamiento fatalista. Porque si al Mashiaj lo debemos traer nosotros creo que todavía tenemos un largo camino por recorrer, y pese a que siempre existe la posibilidad de que Dios intervenga, si realmente Dios mismo lo hace venir, eso significaría entonces que la humanidad habría fallado. Si la raza humana desea tener éxito, entonces Tikun Olam, el perfeccionar el mundo, debe ser nuestro objetivo principal. Y realmente no hay algo intermedio. Podemos llevar al mundo hacia la perfección o bien permitir su autodestrucción.

Yaakov le dijo a sus hijos: ustedes tienen el poder, ahora sólo hace falta que tengan la voluntad. Lo mismo es verdad para nosotros hoy en día.

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