Bondad Inmediata

2 min de lectura

Shemot (Éxodo 1:1-6:1 )

En la parashá de esta semana, Moshé huyó a Midián, donde él y Tzipora tuvieron dos hijos. Pero estos hijos parecen haber sido nombrados en el orden incorrecto. A su primogénito lo llamó Gershom, cuyo significado es: “Soy un forastero en una tierra ajena”. Y el nombre de su segundo hijo, Eliezer, se refiere a que “Dios me ha salvado del Faraón”. Moshé nombró a sus hijos como un recordatorio continuo de la bondad que había en su vida. Era un forastero en una tierra ajena y, a pesar de ello, Dios lo había hecho prosperar. Y también había sido salvado de las manos del Faraón, quien deseaba matarlo. Cada vez que nombraba a sus hijos, recordaba aquellas bendiciones.

Es una gran idea, pero cronológicamente incorrecta. Porque en primer lugar Moshé fue salvado del Faraón, y luego huyó a Midián, donde prosperó en aquella tierra ajena. ¿Por qué Moshé revirtió el orden?

Creo que la respuesta reside en nuestra habilidad, o la falta de ella, de apreciar la bondad inmediata.

Muchas veces sucede, por ejemplo cuando saco a pasear a mis hijos por el día, que cuando miro hacia atrás al final del día pienso en cuán agradable ha sido verlos jugar y divertirse. Pero en el medio del día, cuando todo estaba descontrolado, era mucho más difícil para mí poder disfrutar. Es triste que muchas veces seamos capaces de disfrutar un determinado placer sólo cuando éste ya haya pasado.

Y pienso que la razón de esto es obvia. El verdadero y más profundo placer requiere esfuerzo y sacrificio. Cuando estamos experimentando el esfuerzo es mucho más difícil detenernos a apreciar lo bueno. Pero una vez concluido el esfuerzo, miramos hacia atrás y reconocemos cuán bueno fue todo.

Sin embargo, hay un solo problema con esto: sólo “recordamos” cuán bueno estuvo. Experimentamos una memoria del placer y no una cosa real. El placer más profundo requiere que experimentemos dicho placer cuando está sucediendo, a pesar que sea también muy difícil. Obviamente, el mejor momento para disfrutar de mis hijos no es cuando están en la cama, sino cuando estoy realmente junto a ellos.

Moshé tenía este concepto dominado. Para él, la bondad inmediata era que estaba prosperando en una tierra ajena. Pero esto era muy difícil de apreciar y muy desafiante. Entonces, nombró a su primer hijo como recordatorio de la bondad que estaba recibiendo a pesar del esfuerzo que estaba experimentando. Asimismo deseaba recordar que había sido salvado de las manos del Faraón. Pero aquel momento de dificultad ya había pasado y por ende le era más fácil sentir el placer. Para un hombre tan grandioso como Moshé, eso era una prioridad secundaria, y por eso fue su segundo hijo quien recibió aquel nombre.

Podríamos disfrutar mucho más de la vida si impidiéramos que el esfuerzo actual nos distrajese del placer. No es algo fácil de hacer, pero si nos concentramos en lo bueno podremos disfrutar de nuestros hijos incluso cuando todo está fuera de control.

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