¿Dar o no dar?

2 min de lectura

Jukat (Números 19:1-22:1 )

Enseñanzas de vida seleccionadas de la parashá semanal y de las fuentes de nuestros sabios.

Uno de los dilemas más difíciles que enfrentan los seres humanos es sopesar las necesidades propias frente a las ajenas. Esta situación se presenta en muchos escenarios. Por ejemplo: ¿Cuánto debemos dar para caridad? ¿Podemos ir a menudo a comer en restaurantes si por ello se verá disminuida nuestra capacidad para ayudar a los menos afortunados? Cuando una persona que vive en la calle nos pide dinero, ¿debemos darle? ¿Acaso los Estados Unidos, donde la mayoría de sus ciudadanos se benefició de una política de migración relativamente liberal, deben restringir ahora la inmigración?

¿En dónde trazamos la línea entre los intereses personales legítimos y nuestra preocupación por los demás?

Jukat, la parashá de esta semana, describe uno de estos dilemas. El pueblo judío, después de mucho vagar por el desierto, finalmente está a punto de entrar a la Tierra de Israel. Como necesitan atravesar el territorio edomita, Moshé envía emisarios para preguntarles si los israelitas pueden atravesar su tierra. Edom es plenamente consciente de las dificultades que los israelitas sufrieron (el ataque de Amalek, el fiasco de los espías, la rebelión de Kóraj). De todas maneras, los edomitas rechazan el pedido de Moshé e incluso amenazan atacarlos si intentan ingresar a su territorio.

Moshé es persistente y envía otro mensaje. Les asegura a los edomitas que cuando el pueblo judío atraviese su tierra, permanecerá "en un camino aislado de todo centro habitado" (como explica Najmánides). Más aún, los israelitas prometen pagar todo alimento o agua que consuman. A pesar de eso, los edomitas vuelven a negarles el ingreso.

Por un lado, la obstinación de los edomitas no era completamente irracional. Permitir que una masa de tres millones de personas atraviese tu territorio es arriesgado, incluso si permanecen fuera de las áreas pobladas. Más aún, como explica el Abarbanel, si los edomitas hubieran asistido a los israelitas de alguna forma, eso hubiese disgustado a los canaanitas, ya que los judíos iban camino a atacarlos.

Entonces, ¿por qué la tradición judía considera que la respuesta edomita es cruel? A tal grado que la Torá prohíbe aceptar a un edomita que quiera convertirse al judaísmo.

Una explicación posible se basa en un versículo de Deuteronomio que se refiere a los edomitas como hermanos. Los edomitas no son extraños para los israelitas, porque ambas naciones descienden de Itzjak. Por ser familia, deberían haber actuado de otra forma.

Otra explicación se enfoca más en la falta de compasión de los edomitas. En lugar de expresar pena y explicarles a los judíos que no podían asumir riesgos geopolíticos, los edomitas simplemente los amenazaron de muerte si llegaban a cruzar la frontera. ¿No podían en cambio haberse acercado con alguna expresión de bondad y ofrecerles alimento o bebida?

¿Cuál es la lección para nosotros? Cuando preocupaciones legítimas no nos permiten ayudar a los demás como nos gustaría, al menos debemos buscar una forma alternativa para expresar nuestra preocupación. No ofrecer ninguna clase de bondad es repetir las duras y egoístas acciones de Edom.

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