¿Quién tiene el control?

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Vaishlaj (Génesis 32:4-36:43 )

¿Crees que lo que ocurre en tu vida está determinado por factores externos o sólo por tus propios esfuerzos? En la década del 50, el psicólogo Julián Rotter comenzó a explorar cómo las personas se relacionaban con esta clase de preguntas y desarrolló una construcción llamada "locus de control". Las personas que mantienen un locus de control interno, creen que los eventos de sus vidas por lo general están determinados por sus propias habilidades y acciones, mientras que aquellos con un locus de control externo creen que su destino está determinado por algo externo. Las personas con un locus de control interno generalmente asumen más responsabilidad y sienten que influyen más en sus decisiones. En consecuencia, un locus de control interno se asocia con mayores logros en la escuela y en el trabajo. En contraste, aquellos con un locus de control externo tienden a ser más pasivos, culpar a los demás y experimentar más estrés y depresión.

Al establecer el escenario para la batalla entre Iaakov y el ángel, el versículo relata que "vaivater Iaakov levadó – Iaakov se quedó solo" (Bereshit 32:25). El Rebe de Slonim (Netivot Shalom, págs. 226-228) sugiere que la Torá está resaltando el peligro del aislamiento. Cuando uno está solo y aislado de los demás, existe un gran peligro. Cuando un individuo está conectado con amigos, familia y comunidad, el riesgo de daño disminuye. La soledad es un factor de riesgo de daño físico, psicológico y espiritual.

En contraste, el Midrash (Bereshit Rabá 7:1) compara el hecho de que Iaakov estuviera levadó-solo, al levadó de Dios ("Venisgav Hashem levadó – Y sólo Dios será exaltado), aludiendo a la posibilidad de que exista un aspecto constructivo en el hecho de estar levadó, solo. En vez de traducir levadó como solo, Rav Menajem Mendel Kasher cita dos interpretaciones alternativas. La primera es que levadó indica una distinción o particularidad. Tal como Abraham es un ivrí (está del otro lado) y el pueblo judío es "una nación que habita sola" (Bamidbar 23:9), así también Iaakov encaja en el paradigma de ser peculiar y diferente de forma positiva.

La segunda posibilidad es que levadó implica un carácter singular y especial. Los méritos y las fuerzas de Iaakov no tenían paralelo en otras personas.

Al igual que el Rebe de Slonim, Rav Ierujam Levovitz (Daat Torá págs. 205-206) entiende que levadó significa solo. Pero basado en el Midrash, él asume que estar solo es constructivo. ¿Cómo se puede interpretar la soledad desde un punto de vista positivo? Rav Levovitz explica que la soledad de Dios simboliza que Él es completamente autosuficiente. Él no precisa ayuda de otros para lograr algo. Iaakov también está levadó, lo que significa que llegó a un estado de autosuficiencia. Él no busca apoyarse en otros y representa un locus de control completamente interno.

Rav Levovitz explica que este es el significado de las cuatro preguntas y respuestas de Ben Zoma en Pirkei Avot (4:1): "¿Quién es sabio? El que aprende de todas las personas… ¿Quién es fuerte? El que conquista su voluntad… ¿Quién es rico? El que está satisfecho con su porción… ¿Quién es honorable? El que respeta a los demás…". El mensaje subyacente de Ben Zoma es que el desarrollo de estas cuatro cualidades no depende de los demás, sino que por definición debe surgir de nuestro interior.

La sabiduría no depende de esperar que otros nos enseñen, sino que en su mayor parte surge de un deseo y un amor por aprender que nos lleva a aprender de todo el mundo.

La fuerza no es algo físico; cuán fuerte somos no depende de una comparación con otras personas, sino que depende del autocontrol, algo medido y dirigido internamente.

La riqueza no depende de la cantidad de dinero, sino que es una sensación subjetiva de satisfacción, sin ninguna relación con lo externo y material.

Finalmente, incluso el honor, que podríamos pensar que debe originarse en los demás, en realidad está bajo nuestro control. Al respetar a los demás, ganamos control sobre nuestro propio respeto.

Si bien estar solos y aislados no es saludable, depender excesivamente de los demás para tener éxito tampoco es lo ideal. Al igual que Iaakov, quien siguió el modelo de Hashem de ser autosuficiente, también nosotros debemos desarrollar un locus de control interno al asumir responsabilidad y construir activamente nuestra salud física, psicológica y espiritual.

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