Actos de bondad humana

6 min de lectura

Shminí (Levítico 9-11 )

Conceptos prácticos y relevantes de la parashá semanal por Rav Shraga Simmons.

Esta semana mientras esperaba mi turno en la fila del banco, abrí una copia con ilustraciones de la Torá y el hombre que estaba a mi lado debe haber pensado que yo era veterinario – ¡ya que todas las páginas estaban llenas de imágenes de aves!

La parashá de esta semana enumera todas las aves que no son Casher – por ejemplo: el cuervo, el buitre, la urraca. ¡Al parecer sería muy fácil comer comida casher! ¡Pero espera un segundo, la Torá también dice que no se puede comer halcón! Oh... no puede ser, ¡no más hamburguesas de halcón!

Otra de las aves no casher incluidas en nuestra lista es el jasida (Levítico 11:19). El Talmud dice que la "jasida" se llama así porque hace jesed, que en hebreo significa realizar actos de bondad.

En hebreo, el nombre de una cosa revela su característica esencial. El Midrash (Génesis Rabba 17:4) nos cuenta que el primer hombre, Adán, observó la esencia de cada animal y los nombró acordemente. El burro, por ejemplo, se caracteriza físicamente por llevar cargas pesadas. En hebreo, burro se dice jamor – que proviene de la misma raíz que jomer, que significa materialidad. Lo cual quiere decir, que el burro (jamor) ejemplifica la materialidad (jomer).

(Compara esto con el idioma español, en donde la palabra "burro" no revela mucho acerca de su esencia, ¡¿verdad?!)

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Altos Niveles de Bondad

Pero si la jasida se llama así porque hace jesed, entonces ¿por qué la Torá la considera dentro de las aves NO casher!? Por una parte es entendible (según lo explica Maimónides) que el cuervo y el buitre sean considerados no casher; ya que son aves rapaces agresivas, y es espiritualmente dañino internalizar estos rasgos de personalidad. Pero la jasida en cambio, que personifica una característica deseable como es el jesed, ¿¡por qué no es casher!?

Veámoslo con más detenimiento; El Talmud explica que esta ave hace jesed "compartiendo la comida con sus amigos". El Jidushei HaRim (fundador de la Jasidut de Gur en el siglo 19) explica: La generosidad de la jasida se limita a las aves de su misma especie, excluyendo a todo el resto. Ese tipo de bondad parcial no es lo que la Torá quiere de nosotros en la práctica. Por lo tanto, la jasida se considera un ave no casher.

Consideremos lo siguiente:

Hace aproximadamente 100 años atrás, unos vecinos de Jerusalem quisieron formar una sociedad de jesed entre ellos. Las actividades propuestas incluían: invitarse mutuamente para las comidas de Shabat, distribuir ropa para las familias que no tenían dinero, y ofrecer préstamos sin interés para quien deseara iniciar un negocio.

Por lo tanto, el grupo se dirigió al gran sabio Rab Yehoshua Leib Diskin, con el fin de obtener una bendición para su nueva sociedad de jesed. El Rab les preguntó, "¿Qué pasaría si alguien externo necesitara ayuda?" A lo cual respondieron, "Tendríamos que negarnos educadamente, porque hemos limitado nuestras actividades sólo a nuestro propio grupo de vecinos."

El rabino respondió: "Es muy agradable que deseen ayudar a sus amigos y a su familia. De hecho, el Talmud establece que nuestra obligación es ayudar a los más cercanos primeramente – a nuestra familia, y a nuestra comunidad – y sólo entonces al resto del mundo".

El rabino continuó: "Pero el verdadero jesed es preocuparse por los demás – y dado que toda la bondad que ustedes están proponiendo, finalmente esperan recibirla de vuelta, ¡esencialmente sólo se están preocupando de ustedes mismos!"

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Aplicando el Principio

El jesed, por definición, no puede basarse en la expectativa de recibir algo a cambio. ¿Has tenido alguna vez una relación en la cual la otra persona mantiene registro de las cosas? ("¡conduce tú esta vez porque yo conduje la última vez!") ¡Eso no es amistad en ningún caso! Un verdadero amigo a veces da, y a veces recibe, pero nunca mantiene un registro de las cosas.

Ahora bien, ¿Cómo podemos aplicar este principio en nuestras relaciones? Digamos que un colega en la oficina (al que llamaremos Raúl) viene y me dice, "tengo que encargarme de algunos asuntos personales el miércoles, y necesito que alguien atienda mis llamadas. ¿Podrías cubrirme?" Entonces yo pienso; bueno, Raúl se sienta en la mesa junto a mí, lo veo todos los días, y en algún momento puede ser que yo necesite de su ayuda, así que le respondo... "¡Por supuesto Raúl, seguro que sí, estaré encantado de ayudarte!"

Pero imaginemos que alguien viene y me dice, "Nunca nos hemos conocido, yo trabajo en otro departamento, y de hecho, esta es mi última semana en la empresa. Tengo que encargarme de algunos asuntos personales el miércoles, y necesito que alguien atienda mis llamadas. ¿Podrías cubrirme?" Entonces yo pienso; ¡nunca más en mi vida volveré a ver a esta persona!

El judaísmo dice que cuando alguien me pide un favor, debo considerar lo siguiente: ¿En qué se basa mi respuesta? Si se basa en el beneficio que esto representara para mi, entonces no estoy sirviendo a nadie ¡sino a mí mismo!

La Torá describe un acto en particular como "jesed shel emet", el verdadero jesed: Hacerse cargo de los arreglos fúnebres necesarios de alguien que falleció. Esto es verdadero jesed ya que en este caso no esperamos recibir absolutamente nada a cambio.

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Derechos y Responsabilidades

Hace unos cuantos años atrás, antes de casarme, fui a visitar a uno de los sabios más importantes de Jerusalem y le pregunté, "¿Cuál es la clave para tener un matrimonio exitoso y feliz?"

Él me dijo que el secreto es 'dar'. Porque si uno entra en el matrimonio preguntándose, "¿Qué es lo que ella puede hacer por mí?", entonces estás yendo en la dirección contraria, y eso te alejará de tu pareja. Pero si te preguntas, "¿Qué puedo hacer yo por ella, qué puedo proporcionarle y en qué puedo contribuir?", entonces esto construye una conexión. Y si ambas partes enfocan el matrimonio con la misma actitud, la relación fluirá maravillosamente en ambas direcciones.

Hoy en día vivimos en una sociedad en donde todo el mundo se preocupa mucho por sus derechos: "¿Qué beneficio hay para mí?, ¿Qué puedo obtener de esto?" Por el contrario, la perspectiva de la Torá es siempre desde el punto de vista de la responsabilidad. Por ejemplo, cuando el Talmud analiza los daños a la propiedad, siempre establece la ley en términos de "Shimon es responsable de pagarle a Reuven", en contraposición a "Reuven tiene el derecho de cobrarle a Shimon

En los viejos tiempos, la idea de la responsabilidad cívica era una característica estándar de la sociedad occidental. Tal vez todo comenzó a cambiar en los años '60 con el cambio de roles y la liberación – Esto hizo que John F. Kennedy comentara: "No preguntes que puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país".

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Actúa Ahora, Siente Después

Tú podrías decir que, a veces, simplemente no "sientes" deseos de ayudar. Así como cualquier bebé podría atestiguar, ¡la verdad es que nacemos siendo egoístas! Sin embargo, el proceso de maduración implica desarrollar nuestro sentido de preocupación por los demás. Esto es crucial para nuestra salud espiritual. El Talmud se refiere a alguien que no es capaz de darle a los demás como un "muerto caminando". Un alma que no da, es un alma desnutrida y marchita.

Y es un error esperar hasta que estemos emocionalmente "inspirados". Por el contrario, es a través del acto de "dar" que yo mismo me transformo en un "dador". Finalmente, mis emociones seguirán a mis acciones. Y mientras tanto, se habrá hecho mucho bien.

Una de las 613 mitzvot es emular a Dios. Pero, ¿qué es lo que realmente "hace" Dios que debemos emular? Nosotros sabemos que Dios, siendo infinito, no tiene absolutamente ninguna necesidad. Él no creó el mundo por diversión, ni como un experimento científico, ni tampoco porque se sentía solo. Los cabalistas explican que Dios creó el mundo porque no existía nada ni nadie fuera de Él, es decir, no tenía la posibilidad de "dar". Por lo tanto, el propósito principal de la creación es entregar bondad a otros. De este modo, la forma más profunda que existe de emular a Dios es a través del acto de dar.

¿Existe acaso un limite para dar? Toda persona, por supuesto, llega a un punto en el cual necesita recibir algo a cambio – o de lo contrario sentirá que se están aprovechando. Pero debemos conocer nuestros límites, ¡y debemos tratar de alcanzarlos!

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Un Mundo Construido en Base a la Bondad

Cuenta una historia acerca de un tzadik, que está un día en su casa, cuando de pronto escucha que golpean a su puerta. El tzadik abre la puerta y encuentra un mendigo de pie frente a él. "¿Puedo pedirle una moneda para comprar un poco de comida?", pregunta el mendigo. El tzadik, sin dudar, hace lo que cualquier buen tzadik haría: ágilmente busca su cartera, se apresura a darle una moneda, y rápidamente lo envía de vuelta para que continué su camino.

Cuando el mendigo ya está de vuelta en su camino, escucha que alguien lo llama, "¡espera, espera!". Al darse vuelta ve al tzadik agitando sus brazos. Luego el tzadik se acerca, y le da otra moneda.

Cuando el tzadik regresa a su casa ve a su esposa en la puerta muy sorprendida.

"Déjame explicarte" dice él. "Cuando abrí la puerta y vi a un mendigo sucio, mal vestido y con mal olor, de pie delante de mí, me sentí incómodo. Corrí a buscar una moneda porque quería deshacerme de él lo más pronto posible. Pero después que se fue, me di cuenta que yo no le había dado una moneda por él, sino que le había dado una moneda por , porque me sentí incómodo. Entonces quería darle una segunda moneda, ¡esta vez por él!

Jesed quiere decir ayudar desinteresadamente, a todos, con amor y generosidad. El Talmud dice que el odio gratuito entre los judíos provocó la destrucción del Templo en Jerusalem. Por lo tanto, es sólo a través del amor incondicional que nuestro idílico futuro se construirá

En las palabras del Rey David (Salmos 89:3): Olam jesed yi-baneh – "el mundo es edificado con misericordia"

Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons

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