Respetar y Ser Respetado

2 min de lectura

Vaieshev (Génesis 37-40 )

Jacob tuvo 12 hijos, entre ellos su hijo Yosef. Un día ...

"Yosef tuvo un sueño, él se lo contó a sus hermanos y ellos lo odiaron por eso.... Él les dijo... estábamos atando manojos en medio del campo, cuando de pronto mi gavilla se levantó y se quedó de pie, y luego, las gavillas de ustedes se postraron ante mi gavilla". (Génesis 37:5-7)

Una Lección de Vida

De una forma u otra, todos tenemos que rendir cuentas a alguien. Ya se trate de un supervisor en el trabajo, o de un maestro en la escuela, o un padre en casa, por lo general hay alguien en nuestra vida que desempeña una función de autoridad sobre nosotros. A veces estos "jefes" disfrutan el hecho de recordarnos constantemente su autoridad, y otras veces eligen tratarnos con el mayor respeto y amabilidad.

Curiosamente, nosotros también nos encontramos en las mismas posiciones de autoridad en innumerables ocasiones durante el día. Hay muchas personas en nuestras vidas sobre las cuales podemos ejercer una enorme cantidad de dominio y control (si elegimos hacerlo). Podemos tratar a estas personas de cualquier forma que consideremos conveniente, sin que esto nos traiga consecuencias. Esto puede ocurrir por ejemplo, cada vez que interactuamos con una camarera, un empleado en una tienda, o cualquier otro tipo de personal de servicio. Dado que estas personas "deben" escucharnos, tenemos el potencial para tratarlas con rudeza y falta de respeto absoluta.

La razón por la que a veces actuamos de esta manera es porque el hecho de actuar como "jefe" nos sube el ego. En cierto aspecto, todos tenemos el deseo de estar en una posición de autoridad ya sea en los negocios, la política, o la comunidad. Así, en un esfuerzo inconsciente por cumplir este deseo, a veces simplemente elegimos tratar a los demás de una manera como si gobernáramos sobre ellos, y actuamos como si nuestra gavilla se levantara y permaneciera de pie.

Este es el error que cometió Yosef con sus hermanos, y por este error ellos lo odiaron.

Existe una "prueba rápida" que podemos tomar para saber si estamos actuando correctamente con los demás. ¿Cómo tratamos a las personas con las cuales no tenemos que ser buenos?

En cualquier momento podemos aprender acerca de nosotros mismos observando la manera en que tratamos a las personas con las cuales no tenemos que ser agradables. Lamentablemente, muchas personas actúan de manera respetuosa ante un jefe, pero luego actúan de manera grosera al hablar con personas menos importantes.

Irónicamente, tratar a las personas -sin importar quienes sean- con gran respeto, es en realidad un gran impulso para tu autoestima. Esto demuestra que tienes una fuerte imagen de ti mismo y que no necesitas "bajar" a los demás para sentirte "más alto". De hecho, mientras más respetes a los demás, mayor será tu autoestima. Es una ley de la naturaleza. Y si bien puedes sentir un "aumento artificial" de tu autoestima cuando otros se postran ante ti, esto no es real. Así que empieza a practicar la verdadera "regla de oro", y trata a todos los que conoces como "oro puro".

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