Tus puntos fuertes y tus debilidades

3 min de lectura

Toldot (Génesis 25:19-28:9 )

La semana pasada hablamos sobre los tres pilares de la existencia: amor (placer), fortaleza (bondad) y verdad (sabiduría). Si bien todos tenemos los tres, en cada persona estos rasgos se expresan de otra manera y también pueden tener otro orden de importancia. Para descubrir tu objetivo en la vida, debes identificar tu rasgo principal.

También es importante identificar cuál es el rasgo que le sigue en importancia y cuál ocupa el tercer lugar. Para estar en armonía con el universo, necesitamos desarrollar los tres.

En la creación también encontramos otros tríos. Un acorde musical está compuesto por tres notas. Hay tres colores primarios. Una soga de tres hilos es muy resistente. Un banco necesita al menos tres patas para permanecer parado.

Dios creó el universo con tres temas principales.

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EL SIGUIENTE PASO

El paso siguiente, después de identificar tu motivación principal en la vida, es observar al Patriarca que ejemplificó ese rasgo y analizar cómo lo perfeccionó.

El pilar del medio es personificado por Itzjak. Él tuvo lo que llamamos guevurá, fortaleza interior. Como dicen los Sabios: "¿Quién es fuerte? Quien conquista sus deseos" (Pirkei Avot 4:1). Itzjak mostró fortaleza interior en muchos aspectos, entre ellos a través de su firmeza y consistencia. Para ser firme y consistente hace falta fortaleza interior. Itzjak continuó la filosofía religiosa de su padre. Él repitió muchas de las cosas que hizo Abraham: fingió que su esposa era su hermana, como lo había hecho Abraham; volvió a cavar los pozos que Abraham había cavado; tuvo un hijo bueno y un hijo malo, al igual que Abraham. Entiendes la idea.

¿En qué aspectos eres consistente? ¿En qué aspectos no eres consistente, pero te gustaría serlo? Esta es un área específica de crecimiento personal en la que puedes enfocarte y en consecuencia beneficiarte con crecimiento espiritual. No te limites sólo a comprometerte diciendo: a partir de ahora seré más consistente. Busca un área pequeña de tu vida que mejoraría si fueras más consistente y piensa cómo puedes lograr un pequeño cambio en la práctica. Porque si logras eso, puedes conquistar cualquier cosa. Los logros espirituales a menudo se alcanzan mejor dando un paso pequeño a la vez.

A propósito, tanto si tu rasgo básico es como el de Itzjak o no, ser consistente es una buena cualidad para la vida. La gente valorará que seas alguien en quien pueden contar cuando te necesitan. Los acuerdos comerciales marchan mejor. Evaluar tu crecimiento espiritual requiere consistencia. Muchas áreas de la vida se ven realzadas al ser consistente.

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IDENTIFICAR LOS PELIGROS

Otra aplicación de la teoría de los tres rasgos de la personalidad es para identificar los peligros de estos rasgos. El "amor" puede llevar a la persona a ser muy permisiva o demasiado generosa. Un padre puede amar a su hijo y no querer verlo sufrir, por lo que cada vez que el niño pida un caramelo se lo dará (incluso a costa de que sufra de sobrepeso o caries).

La fortaleza puede volver a la persona demasiado estricta, tanto con ella misma como con los demás.

Las personas que priorizan la obtención de placer a menudo sacrifican un placer más elevado a favor de uno más terrenal. ¿Los demás piensan que desperdicias tu dinero en lujos? ¿Tus gastos en entretenimiento y restaurantes son más elevados que los de tus conocidos que tienen un nivel de ingresos similar?

Gran parte de la vida se construye al limitar los placeres físicos. Los placeres espirituales son más intensos, duraderos y significativos que los placeres físicos. Una alternativa es compartir tus placeres físicos o elevarlos al vincularlos con algo espiritual. Guarda los alimentos más deliciosos y las mejores prendas para Shabat, para una festividad o para una ocasión en la que sientas especial gratitud hacia Hashem.

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CONÓCETE A TI MISMO

Perdona el cliché, pero como dijo Shakespeare en Hamlet: "Sobre todo: sé fiel a ti mismo". Tanto si te identificas o no con este “sistema de tres pilares de la personalidad”, es importante que te conozcas a ti mismo. Abraham, Itzjak y Iaakov conocían sus fortalezas y sus debilidades.

Si te entiendes a ti mismo, puedes resaltar tus fortalezas, perfeccionar tus talentos. Puedes tratar de controlar tus debilidades y esforzarte por evitar las trampas que te hacen tropezar.

En definitiva, de eso se trata toda la vida.

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Ejercicio espiritual

Esta semana, identifica y escribe dos de tus mayores fortalezas y una de tus mayores debilidades. Piensa en un paso pequeño que puedas dar para desarrollarte en cada una de estas áreas.

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