Una alef pequeña

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Vaikrá (Levítico 1-5 )

A quien no entiende el texto en hebreo, la Torá siempre le resultará un libro extraño. A menudo, cuando se me acerca un misionero cristiano para tratar de convertirme a su forma de pensar, yo le pregunto: "¿Leíste alguna vez la Torá en su lenguaje original?". Todos admiten que ni siquiera saben leer hebreo.

Por supuesto, mucha de la sabiduría y las instrucciones para la vida se transmiten en cualquier idioma, pero la verdad está en el lenguaje que Dios creó con el objetivo de comunicar Su mensaje. Puede ser que el francés sea el mejor lenguaje para el romance y que el alemán sea un lenguaje excelente para la filosofía. El hebreo es el lenguaje de la santidad.

UNA LETRA PEQUEÑA

La primera palabra de la parashá de esta semana, Vaikrá – “Llamó”, está escrita con una anormalidad poco frecuente en la Biblia. La última letra de la palabra, una alef, está escrita más pequeña que el resto de las letras. ¿Cuál es la razón? ¿Qué quiere Dios que aprendamos de ella?

Como la alef es pequeña, a primera vista podrías leer la palabra sin ella y pronunciar vaikar. De hecho, encontramos que esta palabra aparece en Números 23:4, cuando Dios se le presenta a Bilam: “Dios se le apareció a Bilam”.

Aunque las dos palabras tienen un significado similar, el Midrash nos dice que la palabra vaikrá (con la alef) implica una relación cariñosa y cercana, como vemos en Isaías 6:3 donde los ángeles se llaman los unos a los otros. En cambio, la palabra vaikar (sin la alef) implica casualidad e impureza espiritual, similar a un niño que aprende a controlar esfínteres y tiene un accidente”.

DISCUTIR CON DIOS

“Tu brazo es demasiado corto para pelearte con Dios”, este era el nombre de una interesante obra de teatro de hace varios años. Si bien el mensaje es claro, muchas veces encontramos a personas rectas que discuten con Dios. (Algunos comentaristas incluso dicen que la palabra Israel significa luchar con Dios).

Moshé discutió con Dios en varias oportunidades; una de ellas fue sobre la alef en esta palabra. Moshé, con su humildad, quería que Dios usara la palabra vaikar sin alef para mostrar que no se consideraba mejor que Bilam. Sin embargo, Dios quiso que Moshé escribiera la palabra con alef como una expresión de intimidad y cariño. Finalmente llegaron a un acuerdo: escribir una alef pequeña.

¿Por qué Dios permite que se cambie Su voluntad si Su deseo era expresar Su relación con Moshé de una manera determinada? Quizás para sugerir que hacer concesiones es la esencia de las relaciones. Toda buena relación involucra hacer concesiones, de lo contrario se vuelve unilateral. Si siempre es la misma parte quien cede, se comienza a sentir resentimiento y se genera una energía no sana.

La mezuzá que colocamos en el marco de la puerta enfatiza una idea similar. Hay dos opiniones respecto a cómo se debe colocar la mezuzá. Una opinión sostiene que debe estar en posición vertical, y otra que debe estar horizontal. La costumbre es ponerla inclinada, ni vertical ni horizontal. Un hogar armonioso se construye sobre el compromiso y las concesiones.

POR ACCIDENTE O A PROPÓSITO

Del uso de la alef en esta palabra hebra en particular aprendemos una hermosa idea. La letra alef es lo único que diferencia entre vaikrá y vaikar, algo accidental o algo a propósito. ¿Realmente es posible que Dios se le presentara a Bilam por accidente? ¿Acaso Dios vagaba si rumbo por el universo? ¡No! El Ser Infinito no puede “toparsecon alguien, eso es algo que se opone a Su definición. Sin embargo, es posible que Bilam se relacionara con Dios de esa manera. Moshé veía la mano de Dios en todos lados, mientras que Bilam pensaba que Dios entraba y salía de su vida repentina y misteriosamente, como si fuera Superman.

Todo lo que te ocurre puede ser visto como un accidente, una ocurrencia sin sentido basado en el azar del universo. Pero nuestra definición de Dios es que Él es parte de cada molécula, desde el átomo de la Vía Láctea hasta el fin del universo, y también es parte de todo evento, desde la contracción del ojo de una mosca hasta la órbita de Plutón.

La alef es la primera letra del alfabeto hebreo, su valor simbólico es uno y, a menudo, representa a Dios, la Unicidad suprema. Por lo tanto, la letra alef es perfecta para enseñar esta idea. Cuando la alef está presente, toda la vida tiene sentido y significado. Cuando la alef está ausente, la vida es casual y, en consecuencia, una fuente de impureza espiritual.

La elección es tuya: ¿Vas a prestar atención a la alef?

Ejercicio espiritual

Esta semana, elige tres eventos de tu vida y pregúntate: ¿Cuál puede ser la razón por la que Dios quiso que me ocurra esto? ¿Qué puedo aprender? ¿Qué beneficio oculto tiene esta situación?

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